La séptima edición del Mercado de segunda mano y trueque, organizado por la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona en los depósitos de Mendillorri, hizo evidente el creciente interés del público por este tipo de iniciativas. Se trata, en palabra de sus organizadores, de una de las ediciones más exitosas no sólo en cuanto a asistencia sino también por el número de stands solicitados por particulares para darle una segunda vida a objetos que ya no utilizan.

Si en pasadas ediciones, gran parte del protagonismo del día se lo llevaban las piezas recicladas de artesanos y creativos, en esta edición el público se vió sorprendido por más de 50 puestos en los que personas particulares ponían a disposición de los visitantes objetos de lo más variopinto. “Esto demuestra el interés del público en general por participar más allá de una manipulación creativa de los objetos” nos contaron desde la organización del evento.

Es el caso de tres familias de Ansoáin y Buztintxuri que, animadas por la fecha y el lugar, no tuvieron dudas a la hora de rastrear en sus trasteros y seleccionar algunos objetos que ya no utilizan. “Es una forma entetenida de deshacerte de objetos que ya no utilizas y sacar un rendimiento económico de los mismos”. “La experiencia es muy buena, y más si el tiempo acompaña”, como nos reconocía una de ellas que ha participado en otros encuentros de este tipo.

Otras personas ofrecían libros de sus colecciones personales o donados por otros familiares. “Se trata de uno de los objetos de segunda mano con mayor aceptación entre los compradores, quizás por el beneficio que te aporta a cambio de poco dinero”, nos reconocía otra de las personas participantes en el mercado.

Libros, ropa y juguetes de segunda mano, además de otros objetos de decoración o electrónicos, rivalizaban con talleres, animación teatral e hinchables para amenizar la jornada a las personas asistentes. Un completo programa de animación, coordinado por Bitartean, que busca construir una mirada creativa de nuestro entorno desde el uso de objetos cotidianos.

“Se trata de mirar los objetos desde una dimensión inmaterial y personal, que consiga ponerlos en valor más allá de los usos cotidianos que les damos”, nos contaron. Así, el público se pudo entretener con el Circo Dabitxi y su representación “¿Dónde se deja esto?” y los talleres “Vistiendo el jardín” y “La tragaropa”, de los que os mostramos algunas imágenes.