Investigación del cultivo de microalgas en biorreactores alimentados por el dióxido de carbono procedentes de plantas incineradoras
Las instalaciones del Consorcio de Residuos Sólidos de Asturias (Cogersa) están siendo aprovechadas para un proyecto público-privado que investiga el las posibilidades del cultivo de microalgas en biorreactores alimentados por el dióxido de carbono y las aguas contaminadas procedentes de plantas incineradoras.
El objetivo es conseguir una "incineración verde", según sus responsables, a través de una tecnología eficiente y aplicable a escala industrial.
Los trabajos de investigación se realizan desde octubre de este 2014 hasta diciembre de 2017 en un proyecto que tiene un presupuesto global de 901.111,02 euros. Ha recibido un total 680.155 euros del Programa Estatal de I+D+i Orientada a los Retos de la Sociedad convocado por el Ministerio de Economía y Competitividad, repartido entre préstamos y subvenciones a fondo perdido entre los participantes.
La ingeniería Ingemas, del grupo TSK, aportará la mayor partida económica y liderará el proyecto. En concreto serán 349.198 euros, de los que 279.358 son un préstamo a tipo de interés preferente. Neoalgae, por su parte, destina 118.971 euros, incluido un préstamo estatal de 65.434 euros.
El resto de participantes reciben ayudas como subvenciones a fondo perdido por parte del Ministerio. En este caso está la aportación de Cogersa, con 130.202 euros (52.081 de ayudas), el Instituto Nacional del Carbón con 106.412 euros (subvención íntegra), Universidad de Oviedo con 99.039 euros (subvención íntegra) e Itma con 97.287,50 euros (77.830 euros como subvención).
En el acto de presentación, celebrado en Oviedo, han estado representantes deinstituciones y empresas que participan en el proyecto. Así, han intervenido la consejera de Medio Ambiente del Gobierno asturiano y presidenta de Cogersa, Belén Fernández, el responsable de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) de Cogersa, José Manuel González, el responsable de I+D+i de TSK-Ingemas, Pablo Álvarez, y el socio cofundador de Neoalgae, Ignacio Albert de la Rosa.
También han explicado el proyecto el profesor del departamento de Biología de Organismos y Sistemas de la Universidad de Oviedo, José Manuel Rico, la catedrática de Tecnologías del Medio Ambiente de la Universidad de Oviedo, Elena Marañón, la científica del CSIC-El Instituto Nacional del Carbón, Covadonga Pevida, y el director del Área de Refractarios, Cerámica y Materias Primas de ITMA.
Belén Fernández ha puesto en valor la capacidad de colaboración, así como la suma de recursos y de conocimientos que representa el proyecto. A su juicio, el éxito de 'Recovery' equivaldría a reducir "aún más" el impacto ambiental de una planta incineradora, algo ya de por sí "muy controlado y minimizado con relación a otras instalaciones de tratamiento térmico". Esa circunstancia sería un "valor añadido" y una "ventaja" que propiciaría "una mejor percepción social de estas plantas".
El objetivo final es lograr una tecnología eficiente y aplicable a escala industrial que minimice la emisión de CO2 en la fase de postcombustión de los residuos. Preguntado por quién explotaría los derechos de esa tecnología en caso de tener éxito, el responsable de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) de Cogersa, José Manuel González ha dicho que es fruto de un consorcio público-privado, y que podría aprovecharla la ingeniería Ingemas, de la división medioambiental del grupo TSK.