La constante actualización de los teléfonos móviles ha dado lugar a una generación de smartphones que no solamente son los dispositivos prioritarios para la comunicación telefónica, sino que también se han consolidado como los terminales preferidos para conectarse a Internet y para la utilización masiva de aplicaciones.

A día de hoy, ya existen en el mundo casi tantos smartphone (6.800 millones) como personas (7.100 millones) y todo indica que la cifra seguirá incrementándose año tras año debido a la constante actualización de la tecnología móvil, a la obsolescencia programada a la que están sometidos dichos dispositivos y a la constante necesidad de los ciudadanos de seguir las modas y tener la última versión de los teléfonos.

Según el dato aportado por Recyclia, la plataforma medioambiental que aglutina a los Sistemas Integrados de Gestión (SIGs) Ecopilas, Ecofimática, Ecoasimelec y Tragamóvil afirma que esta última gestionó en 2013 más de 452 toneladas de teléfonos móviles y periféricos de telefonía en desuso.

Por tanto, la ciudadanía reemplaza sus teléfonos móviles por otros más modernos y, a pesar de esta recogida llevada a cabo por Tragamóvil, la realidad es que en muchas ocasiones los dispositivos terminan en el cubo de la basura sin haber considerado los daños que produce no reciclar este tipo de aparatos tecnológicos como es debido.

Resulta llamativo que los ciudadanos y ciudadanas no son conscientes todavía de la importancia de reciclar la basura tecnológica y depositarla en los lugares dispuestos para ello. Estos dispositivos contienen elementos altamente tóxicos que al entrar en contacto con el medio ambiente producen daños irreversibles, por lo que es de gran importancia conocer las opciones disponibles para el depósito de dichos terminales y su posterior reciclaje.

Sería importante concienciar y exigir a las empresas fabricantes de este tipo de dispositivos tecnológicos para que eviten la utilización de sustancias tóxicas en sus productos, pero a menudo esto resulta más caro. A pesar de ello, poco a poco vemos como algunas marcas tratan de unirse al cuidado del medio ambiente sustituyendo elementos tóxicos por otros menos perjudiciales. Es cierto que todavía queda mucho camino por recorrer, pero al menos podemos decir que existe una intención positiva por parte de dichos fabricantes.

Por otro lado, según los estudios realizados por Recyclia, los ciudadanos no dudan en contribuir al reciclado de sus equipos y dispositivos en desuso, siempre y cuando existan puntos de recogida cercanos a su domicilio o en lugares de visita frecuente tales como grandes superficies, centros comerciales o comercios minoristas.

Por ello, es importante tener en cuenta esta predisposición de los ciudadanos a reciclar los residuos tecnológicos para informarles y concienciarles, intentando desactivar la tentación de cambiar los dispositivos móviles cada que sale una versión más nueva, y dando a conocer las diferentes posibilidades a la hora de conseguir el correcto reciclado de sus dispositivos.

Algunas de las opciones más conocidas y utilizadas por la ciudadanía son:

1.    La positiva respuesta a la iniciativa de las empresas de telefonía de habilitar la recogida de los antiguos dispositivos móviles en su tienda física a cambio de un descuento en su nueva compra o a cambio de recibir una recompensa económica por el viejo terminal.

2.    Venderlos a empresas dedicadas exclusivamente a recoger y reciclar móviles en desuso a cambio de una cantidad económica que varía en función del estado y el precio inicial del teléfono.

3.    Donarlos a instituciones que los hagan llegar a quienes todavía pueden utilizarlo.

Estas son tres de las opciones más utilizadas por los ciudadanos y que poco a poco van incrementando su actividad. Es esencial lograr que estos residuos tecnológicos se depositen en un punto de recogida y reciclado adecuado para que se pueda llevar a cabo su posterior proceso de descomposición.