La nueva normativa sobre residuos pone en peligro la industria de las bolsas de plástico
La nueva Ley de Residuos y Suelos contaminados, establece la desaparición de las bolsas de plástico de un sólo uso para 2018, sustituyéndose estas por biodegradables. La industria española que se encarga de su fabricación, la principal productora de Europa, ha protestado ya que, ante el actual estado de nuestra economía, no ven posible conseguir financiación para reestructurar el sector hacia la fabricación de materiales biodegradables. Por ello, ya han anunciado que en un horizonte de dos o tres años, si la norma prosigue, se cerrarán cientos de pequeñas y medianas empresas y se destruirán unos 6.000 puestos de trabajo.
La década de los setenta supuso un punto de inflexión en la manera de hacer la compra, dejando a un lado el carrito y la cesta de mimbre. El boom de las bolsas de plástico caló de lleno en la sociedad cuando los supermercados y las tiendas comenzaron a distribuirlas gratuitamente. Pronto, las marcas vieron el negocio y no tardaron en estampar sus símbolos como una forma barata de publicidad.
La batalla contra estos productos de plástico empezó en 2007, cuando algunos países como Irlanda impusieron una tasa ecológica que redujo su circulación un 90%. Poco después Italia, Suecia, Dinamarca, Alemania e Islandia, se sumarían a la iniciativa. En cuanto a nuestro país, fue en 2009 cuando el Gobierno aprobó el Plan Nacional Integrado de Residuos, que indicaba que el consumo de bolsas habría de verse reducido en un 50% para 2010, fecha a partir de la cual deberán ser prohibidas progresivamente.
A partir de 2018, a excepción de casos muy particulares, se prohibirá su distribución. La patronal Anaip, la Asociación Española de Industrias de Plásticos, ha indicado que en los próximos meses, podrían cerrar, como mínimo, más de 250 pequeñas y medianas empresas dedicadas a esta actividad, con más de 6.000 puestos de trabajo perdidos. Su director general, Enrique Gallego, ha afirmado que lo que debería haber hecho el Ministerio era potenciar “el consumo responsable, el impulso del reciclado y la valorización energética".
Además, ha criticado la gestión de Ecoembes, patronal del reciclaje, por presentar unas cifras de reciclaje de este producto inferior al 20% en la actualidad, existiendo desde 1999 el punto verde de recogida y reciclado de bolsas.
La década de los setenta supuso un punto de inflexión en la manera de hacer la compra, dejando a un lado el carrito y la cesta de mimbre. El boom de las bolsas de plástico caló de lleno en la sociedad cuando los supermercados y las tiendas comenzaron a distribuirlas gratuitamente. Pronto, las marcas vieron el negocio y no tardaron en estampar sus símbolos como una forma barata de publicidad.
La batalla contra estos productos de plástico empezó en 2007, cuando algunos países como Irlanda impusieron una tasa ecológica que redujo su circulación un 90%. Poco después Italia, Suecia, Dinamarca, Alemania e Islandia, se sumarían a la iniciativa. En cuanto a nuestro país, fue en 2009 cuando el Gobierno aprobó el Plan Nacional Integrado de Residuos, que indicaba que el consumo de bolsas habría de verse reducido en un 50% para 2010, fecha a partir de la cual deberán ser prohibidas progresivamente.
A partir de 2018, a excepción de casos muy particulares, se prohibirá su distribución. La patronal Anaip, la Asociación Española de Industrias de Plásticos, ha indicado que en los próximos meses, podrían cerrar, como mínimo, más de 250 pequeñas y medianas empresas dedicadas a esta actividad, con más de 6.000 puestos de trabajo perdidos. Su director general, Enrique Gallego, ha afirmado que lo que debería haber hecho el Ministerio era potenciar “el consumo responsable, el impulso del reciclado y la valorización energética".
Además, ha criticado la gestión de Ecoembes, patronal del reciclaje, por presentar unas cifras de reciclaje de este producto inferior al 20% en la actualidad, existiendo desde 1999 el punto verde de recogida y reciclado de bolsas.
Via Cadena Ser
erostrend (cc)
Madrid