La reducción de la producción de residuos se afianza en España
Tal y como se recoge en el apartado de residuos del Perfil Ambiental de España correspondiente al año 2014, y en cuya elaboración han participado, al igual que en ediciones anteriores, responsables de la Administración General del Estado y de las Comunidades Autónomas, además de técnicos y expertos en la materia, nuestro país ha proseguido con su trabajo encaminado hacia el cumplimiento de los objetivos comunitarios, y que pasan, entre otros, por la preparación para la reutilización y reciclado del 50 por ciento de los residuos municipales, y la reducción, en 2016, del depósito de la materia orgánica en vertedero al 35 por ciento de la cantidad total de desechos urbanos biodegradables generados en 1995.
Tal y como se recoge en el documento, en el ámbito de la generación de basura municipal, España se situó en 2013 en la décimocuarta posición de la UE-28, con 449 kilos por habitante, ocupando la quinta posición por detrás de Alemania, Francia, Reino Unido e Italia. Se mantiene así la tendencia generalizada de descenso de los últimos años al pasar de 650 kilos por habitante en el año 2000 a 449 en 2013, lo que supone una disminución de casi el 32 por ciento en el período 2000-2013.
En el marco del Programa Estatal de Prevención de Residuos 2014-2020, junto con los programas locales y autonómicos (como es el caso del Plan Gallego de Gestión de Residuos Urbanos 2010-2020), así como los planes empresariales de prevención y de minimización, el objetivo es reducir en un 10 por ciento en peso los residuos generados en 2010.
Con esta pretensión, el programa de referencia se articula en torno a cuatro líneas estratégicas, esto es, reducción de las cantidades de desechos, reutilización y alargamiento de su vida útil, reducción del contenido de sustancias nocivas en materiales y productos, y disminución de sus impactos sobre la salud humana y el medio ambiente.
En cuanto al tratamiento dispensado a los desechos municipales, se alude a una menor cantidad de vertederos en los últimos años, habiéndose incrementado el número de instalaciones de tratamiento mecánico-biológico, de clasificación de envases y de compostaje de biorresiduos, siendo el reciclado la alternativa que más ha crecido desde el año 2000, situándose en 2013 en los 88 kilos por habitante.
Si bien las tasas de compostaje y digestión anaerobia han experimentado una tendencia a la baja en los últimos cuatro años, situándose en 2013 en 46 kilos/habitante, lo cierto es que la valorización energética ha experimentado una tendencia al alza, cuantificándose en 44 kilos/habitante en 2013, lo que supone un incremento del 22,2 por ciento entre 2000 y 2013. No obstante, se trata de un valor que se sitúa por debajo del alcanzado por los países europeos del norte, que fue del 53,8 por ciento.
En el ámbito del reciclaje y la valorización de envases, las tasas fueron en 2013 del 73,3 y el 66,6 por ciento respectivamente, cumpliendo con los objetivos legislados previstos para 2009. De hecho, en el año 2006 ya se había superado el objetivo global de valorización del 60 por ciento y, en 2007, el de reciclado del 55 por ciento.
En 2013, la tasa de reciclado de residuos de envases sitúa a España en octava posición en la UE-28.
Sogama
Tal y como se recoge en el documento, en el ámbito de la generación de basura municipal, España se situó en 2013 en la décimocuarta posición de la UE-28, con 449 kilos por habitante, ocupando la quinta posición por detrás de Alemania, Francia, Reino Unido e Italia. Se mantiene así la tendencia generalizada de descenso de los últimos años al pasar de 650 kilos por habitante en el año 2000 a 449 en 2013, lo que supone una disminución de casi el 32 por ciento en el período 2000-2013.
En el marco del Programa Estatal de Prevención de Residuos 2014-2020, junto con los programas locales y autonómicos (como es el caso del Plan Gallego de Gestión de Residuos Urbanos 2010-2020), así como los planes empresariales de prevención y de minimización, el objetivo es reducir en un 10 por ciento en peso los residuos generados en 2010.
Con esta pretensión, el programa de referencia se articula en torno a cuatro líneas estratégicas, esto es, reducción de las cantidades de desechos, reutilización y alargamiento de su vida útil, reducción del contenido de sustancias nocivas en materiales y productos, y disminución de sus impactos sobre la salud humana y el medio ambiente.
En cuanto al tratamiento dispensado a los desechos municipales, se alude a una menor cantidad de vertederos en los últimos años, habiéndose incrementado el número de instalaciones de tratamiento mecánico-biológico, de clasificación de envases y de compostaje de biorresiduos, siendo el reciclado la alternativa que más ha crecido desde el año 2000, situándose en 2013 en los 88 kilos por habitante.
Si bien las tasas de compostaje y digestión anaerobia han experimentado una tendencia a la baja en los últimos cuatro años, situándose en 2013 en 46 kilos/habitante, lo cierto es que la valorización energética ha experimentado una tendencia al alza, cuantificándose en 44 kilos/habitante en 2013, lo que supone un incremento del 22,2 por ciento entre 2000 y 2013. No obstante, se trata de un valor que se sitúa por debajo del alcanzado por los países europeos del norte, que fue del 53,8 por ciento.
En el ámbito del reciclaje y la valorización de envases, las tasas fueron en 2013 del 73,3 y el 66,6 por ciento respectivamente, cumpliendo con los objetivos legislados previstos para 2009. De hecho, en el año 2006 ya se había superado el objetivo global de valorización del 60 por ciento y, en 2007, el de reciclado del 55 por ciento.
En 2013, la tasa de reciclado de residuos de envases sitúa a España en octava posición en la UE-28.
Sogama