La campaña 2024 apunta a concienciar a los europeos acerca del importante impacto ambiental que tienen los envases de cada producto que se adquiere. Aportando para ello información, ideas y todo el apoyo posible. Ya que cada vez es más necesario promover hábitos de consumo basados en la sostenibilidad.

En nuestro día a día, el embalaje nos ayuda a contener, proteger, transportar e incluso presentar todo tipo de mercancías. Está presente en todas las etapas de la cadena de valor. Desde la materia prima, pasando por la producción, hasta llegar al consumidor. El problema es que el embalaje tiene un impacto considerable y significativo en el medio ambiente. El 40% de los plásticos y el 50% del papel utilizados en la Unión Europea se emplea en diferentes tipos de embalaje. Y en la etapa final de su vida representan el 36% de los residuos sólidos domésticos.

Para remediar esta situación, la Comisión Europea se fijó, en diciembre de 2020, un objetivo: todos los envases deben ser reutilizables o reciclables de forma económicamente viable de aquí a 2030. La meta final es reducir los envases y, por tanto, los residuos que los mismos generan. Para lograrlo es fundamental la prevención, la educación y el ecodiseño (diseñar desde su origen un producto para que no genere residuos)

Mejorando la recogida selectiva, es posible reducir significativamente la cantidad de basura generada y aumentar la calidad de los materiales listos para proceder a su reciclaje. Para ello es necesaria no solo la colaboración de los ciudadanos aplicando las bases de la economía circular y disponiendo los residuos de la forma más adecuada. Las empresas también deben hacer un esfuerzo con el fin de facilitar esta tarea y evitar el sobreenvasado.