La UE lanza una consulta pública para promover la sostenibilidad en la explotación de algas marinas
Una de las posibles llaves que abrirán la puerta hacia la sostenibilidad no se encuentra escondida en un laboratorio de última generación ni en los confines del Universo, sino en forma de algas en las costas de todo el mundo. Desde hace años las organizaciones internacionales no han parado de estudiar las virtudes que pueden ofrecer estos vegetales marinos como, por ejemplo, una fuente de alimentos inagotable que podría reducir la presión las tierras agrarias en un mundo que demanda más alimentos.
“De invertir el 1% de la superficie del océano como granjas productoras de algas como fuente de alimento, materiales y productos químicos, se podría obtener 15 veces más algas de las que se producen en la actualidad. De utilizar el 2%, se podría aportar las proteínas suficientes para alimentar a una población de 12.000 millones de personas”, subraya la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Con los ojos puestos en el futuro que nos pueden ofrecer estos productos, la Comisión Europea (CE) ha iniciado una hoja de ruta, lanzada para consulta pública, para promover un sector de algas “fuerte y sostenible” como fuente de ingresos, materia prima alimentaria de valor y en línea con su Pacto Verde europeo.
En la actualidad, la Unión Europea, con 4.000 trabajadores y 376 empresas en el sector ocupa una posición discreta en el mercado mundial. España, por su parte, recolecta unas 8.000 toneladas para comercialización como fertilizante, alimento u otros fines y existe una “tímida presencia” de empresas dedicadas a su cultivo en Andalucía (83%) y Galicia (17%) según datos de la patronal de acuicultura Apromar correspondientes a 2019.
En cualquier caso, nuestro país aún se encuentra lejos de las grandes potencias productoras como China, Indonesia o Corea del Sur, que crían 18, nueve y casi dos millones de algas respectivamente.
“El sector en España tiene fortalezas como la calidad, el contacto con centros de investigación y la proximidad a la alta gastronomía. Sin embargo, presenta inconvenientes como las importaciones y la complejidad de los trámites administrativos para la obtención de concesiones de ocupación del espacio marítimo”, indica Javier Ojeda, director gerente de Apromar.
[Esta noticia fue publicada originalmente en El Ágora. Lee el original aquí]