La vía circular marca el paso de la economía
Europa está centrada en transformar el actual método económico de producción lineal en uno más sostenible que conserve los recursos mundiales y proteja el medio ambiente, es decir, de apostar por la economía circular. Con este propósito presentaron en 2015 un paquete de medidas con propuestas legislativas y un plan de acción centrado en diversos sectores y flujos de materiales como los plásticos, los residuos alimentarios y las materias primas críticas, entre otros. Este fue el tema de debate del encuentro organizado la semana pasada por diario español EL PAÍS con el patrocinio de Ferrovial, PlasticsEurope y Signus, en el que se trató la instauración de una economía más eficiente en el uso de sus recursos y la transición hacia un modelo en el que se actúe en todo el ciclo de vida de los productos para reducir los residuos: desde la producción y el consumo hasta la gestión de los mismos y el mercado de materias primas secundarias.
Así, España se prepara para afrontar esta nueva realidad marcada por la Comisión Europea, para lo que ha presentado este año su primera Estrategia de Economía Circular, que incluye un plan inicial de actuaciones para el periodo 2018-2020 y que conllevará un gasto de más de 836 millones de euros. “La estrategia española de economía circular se centra en cinco grandes sectores de la actividad: producción, consumo, gestión de residuos, potenciación de materias primas secundarias y reutilización del agua”, explicó Francisco Javier Cachón, director general de Calidad y Evaluación Ambiental y Medio Natural del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. Cachón recordó que hay una máxima que defiende que “la economía, en un futuro no muy lejano, o será circular o no será”.
“Ejercemos una presión sobre los recursos materiales y energéticos que es inasumible en el modelo de economía lineal actual basado en extraer, producir, usar y tirar. Con este panorama tenemos que ahorrar en recursos tanto energéticos como materiales y reintroducir en el ciclo productivo los residuos que se produzcan”, comentó. Precisamente, la economía circular se basa en reducir la cantidad de residuos producidos y conseguir que estos se vuelvan a introducir en la medida de lo posible en el proceso. “Se añaden con condiciones y garantías tanto sanitarias como para la conservación del medio ambiente, convirtiéndolos en materias primas secundarias. Con esto fomentamos el ahorro de materiales y recursos energéticos y conseguimos una economía más sostenible”, defendió Cachón.
Para ello, Cachón recordó que se tiene que comenzar por “repensar el diseño de los productos y los servicios desde su origen para que sean más eficaces y dejen una menor huella ecológica y de emisiones”. Con esta idea coincidió Vicente Galván, director del centro de Competencia de Medio Ambiente de Ferrovial Servicios: “Todos los agentes de la cadena desde que se elabora un producto tienen que saber que lo que ocurra con este en el final de su vida también tiene que ver con ellos”. Es por esto por lo que defendió la introducción de una normativa que cuente con una óptica ambiental transversal. “La Administración es un agente fundamental en este proceso porque si no tenemos normas, las empresas no podemos cumplir los objetivos. Vamos a tener que cambiar muchas normativas y mentalidades: en la sociedad, en las compañías, incluso en la propia Administración”, declaró.
En este sentido, Gabriel Leal, director general de Signus, añadió que uno de los problemas principales para conseguir implantar una economía más eficiente y generar menos residuos se debe a aspectos administrativos y jurídicos. “Hay que dejar de considerar a las materias primas que salen de un residuo como residuo. Tiene que perder este estatuto jurídico y ser visto como un producto, con todo lo que ello conlleva”, afirmó. Y recalcó que es algo que “en estos momentos no se está consiguiendo en la mayor parte de los residuos” y, por tanto, genera una problemática importante desde el punto de vista administrativo.
“España lo que necesita hacer es eliminar los vertederos. Tenemos un 50% de residuos municipales que terminan en estos lugares y el objetivo es llevar como máximo un 10% para el 2035. Eso solo se puede conseguir con medidas de prevención y de reutilización fomentando el reciclado de la materia orgánica”, explicó Anabel Rodríguez, directora ejecutiva de la Fundación para la Economía Circular. Rodríguez también centró el foco en otro tipo de materiales que “aún no tienen implantada una recogida efectiva en todo el Estado”, como el textil o los materiales peligrosos. “Esto va a hacer que cobre importancia la optimización de los puntos limpios, que se van a considerar como una vía más para recoger los flujos que se pueden reciclar y aprovechar, aunque en España por el momento solo representan el 8% la recogida”, lamentó. De hecho, esta misma semana el Parlamento Europeo ha aprobado varias normas relacionadas con la economía circular, entre ellas, que los residuos textiles o de materiales peligrosos que se recojan de manera selectiva y que los biodegradables se reciclen en las viviendas por separado antes de 2025.
El director general de PlasticsEurope en la Región Ibérica, Ignacio Marco, también criticó los niveles de residuos que se lanzan a los vertederos españoles. “En España somos el segundo país por habitante donde más reciclado automático se hace, pero somos el primer país europeo que más residuos tira. Esto lleva a que tengamos vertederos saturados y que se genere un aumento de las emisiones contaminantes”, aseguró. España forma parte del grupo de países donde más de la mitad de los desechos tiene como destino los vertederos, aunque sus cifras quedan lejos de regiones como Malta, donde supone el 92%; Grecia, con el 82%, Chipre (81%); Rumanía con un 80%; y Croacia (78,4%).