Las cenizas de biomasa pueden sustituir al cemento en la construcción
Las cenizas procedentes de la combustión de la biomasa pueden sustituir al cemento en la elaboración de bloques de construcción, según un informe de un grupo de investigadores de la Escuela Politécnica de la Universidad de Jaén publicado en la revista Fuel.
El estudio evalúa el efecto de la ceniza de fondo para reemplazar al cemento y su posible impacto ambiental a través de un análisis exhaustivo de sus condiciones físicas, químicas y mineralógicas, y concluye que las cualidades de ese producto son una opción sostenible para la construcción.
Los investigadores emplearon cenizas derivadas de la combustión de una mezcla de orujillo, residuos agrícolas y cultivo energético, que recogieron en bidones donde fueron secadas y trituradas porque, según ha explicado uno de ellos, Bartolomé Carrasco Hurtado, “cuanto más pequeñas queden, la reactividad con el resto de materiales será mayor”.
Más tarde se mezclan con agua para desencadenar la reacción entre el óxido de silicio y el hidróxido de calcio, lo que da como resultado los productos cementantes.
“Esta base vegetal produce dos tipos de ceniza, una que permanece en la primera cámara de combustión y se deposita en la parte inferior de la caldera, denominada ceniza de fondo, y otro tipo compuesto por las partículas arrastradas por los gases de combustión que se depositan en filtros, es la ceniza volante”, ha explicado Carrasco.
La ceniza volante “se suele utilizar como fertilizante para cultivos, mientras que la de fondo supone un gasto inútil hasta ahora, ya que hay que retirarla y termina en el vertedero” pero gracias a esta investigación podrá ser reciclada también como producto para la construcción.
El resultado de la investigación ha sido testado bajo diversas normas nacionales e internacionales, gracias a lo cual “hemos probado todas las proporciones de componentes y las que cuentan con mejores propiedades son las mezclas que incluyen la mitad de cemento Portland y la mitad de cenizas”.
Los investigadores han medido también el posible impacto ambiental del material resultante: “reducimos el bloque a polvo y analizamos su composición de metales pesados y nuestros estudios apuntan que no superan los valores que establece la normativa”.