Estudian el uso de lodo y ceniza de la plantas de biomasa como fertilizantes

Convertir residuos en productos beneficiosos. Ese es el objetivo principal del proyecto Life iCirBus-4Industries, una investigación que pretende ayudar a resolver los problemas de gestión procedentes de las plantas de biomasa, donde se generan cenizas volantes, y de estaciones de tratamiento de agua, donde se obtienen lodos de depuradora.
"Ambos tienen un impacto importante en el medio ambiente y nosotros queremos aportar valor obteniendo fertilizantes para su uso en el campo y materiales de construcción", explica Ascensión Ciruelos Calvo, licenciada en Químicas, responsable del proyecto y técnico de I+D+i del área de laboratorio del Centro Tecnológico Agroalimentario Extremadura (Ctaex).
Esa entidad es una de las participantes en esta investigación que arrancó a principios de 2016 a través de un consorcio formado por ocho entidades extremeñas que esperan obtener los resultados previstos en el año 2021. Será después de realizar un trabajo conjunto en el que participan los centros tecnológicos Intromac y Ctaex, el primero especializado en materiales de construcción y el segundo en agricultura y tecnología alimentaria, la Agencia Extremeña de la Energía, FCC Aqualia, DISAIM Ingeniería, ENCE Energía Extremadura, Estructuras y Placas Extremadura y la consultora estratégica Gestiona Global.
"El lodo es rico en nutrientes como nitrógeno y fósforo y contiene materia orgánica valiosa, que hacen que la dispersión de este tipo de residuos como fertilizante o mejorador orgánico del suelo sea adecuado. Sin embargo, hay que eliminar los metales pesados y es ahí donde entran en juego las cenizas", detalla Ascensión.
Estas se convierten en material de adsorción (no confundir con absorción) para el tratamiento de aguas. "Estamos desarrollando la primera parte del proyecto, donde hemos descubierto que la capacidad de adsorción es buenísima. Estamos hablando de un 100% de esos metales pesados", detalla Montserrat Gómez-Cardoso Bernet, responsable de servicios analíticos del Centro Tecnológico Agroalimentario de Extremadura, que se está encargando de realizar los ensayos en laboratorio.
En estos momentos, están intentando desarrollar un prototipo que realice el proceso de la mejor manera posible. "Lo más complicado está siendo encontrar el modo de unir estos dos elementos sin que se mezclen. Hemos probado con columnas de laboratorio, así como mediante vacío y presión, pero lo más efectivo es el uso de una malla en la que se introducen las cenizas y a partir de la cual interaccionan con el lodo sin llegar a mezclarse", añade Bernet.
Una vez que se obtenga el sistema adecuado se probará el producto en el campo con cuatro tipos de cultivos dentro de la finca experimental de Ctaex. Todo con el fin de crear fertilizantes y enmiendas orgánicas en los suelos, y regular su uso, de tal forma que se eviten efectos nocivos. Hasta ahora, han creado también una pila de compostaje, que es fertilizante orgánico, con un diez por ciento de lodo en su composición.
"No tenemos mucho margen de maniobra y hay que ser muy estrictos con los costes de este proceso", apunta Ciruelos Calvo, quien destaca que "en los últimos años se ha investigado la eliminación de metales pesados a través de diferentes estrategias como la precipitación química, la extracción con disolvente, el intercambio iónico, la ósmosis inversa o la adsorción". Ella dice que "la adsorción parece ser la técnica más adecuada para la eliminación de metales pesados de las aguas residuales».
RESULTADO EN ESPERA
Los resultados finales de la investigación extremeña tendrán que esperar hasta el año 2021, cuando se dé por concluido este proyecto que cuenta con un presupuesto que supera los dos millones de euros y con el que se pretende cerrar el ciclo de los residuos de una forma controlada y respetuosa con el medio ambiente.
"Queremos poner en práctica el concepto de economía circular a través de acciones centradas en el uso en cascada de los residuos de las industrias regionales de energía de biomasa y depuración de aguas, para convertirse en nuevos productos ecológicos validados para las industrias de materiales de construcción y fertilizantes", destacan desde los centros de la región Ctaex e Intromac, que apuntan a la estrategia 2020 que contempla la Unión Europea para la eficiencia de los recursos.