Menos del 1% de los desperdicios suecos acaban en vertederos
Los humanos producen una cantidad impresionante de desperdicios, lo que todos sabemos que no es bueno para el medio ambiente. Podemos almacenarlos en vertederos, pero los problemas ambientales asociados a esta solución son muy numerosos. Los gases de efecto invernadero, tales como el metano, se filtran hacia el exterior, y algunos agentes químicos tóxicos, como pueden ser productos de limpieza del hogar, contaminan tanto el suelo como las aguas subterráneas. Además, los vertederos son malolientes, ruidosos, pueden afectar negativamente a la vida salvaje y son campos de cultivo para un gran número de parásitos que pueden transmitir enfermedades a los seres humanos.
Aunque el reciclaje ha ayudado a reducir la cantidad de residuos que acaban en los vertederos, todavía es muy considerable la cantidad que acaba siendo arrojada en ellos en todo el mundo. Sin embargo, hay un país que nos está haciendo ver que no tienen porqué ser así: Suecia.
La población sueca produce aproximadamente la misma cantidad de residuos por año que cualquier otro europeo. Sin embargo y sorprendentemente, menos de un 1% de esos desechos generados en los hogares suecos acaba en un vertedero. Esto es en parte gracias a las 32 plantas WTE (waste-to-energy, o residuo-a-energía) instaladas a lo largo del país. Estas plantas incineran alrededor de 2 millones de toneladas de residuos anualmente (casi el 50% de los desperdicios producidos en el país) y llevan operando años, según datos del Huffingtonpost.
Por supuesto, los suecos reciclan todo lo que pueden, pero todo lo que no pueda ser reutilizado o reciclado acaba en las plantas WTE. Como sugiere su propio nombre, estas plantas transforman la basura en energía mediante incineración. El calor de combustión de los residuos produce vapor, lo que mueve las turbinas de un generador, produciendo electricidad que será distribuida por todo el país.
Sorprendentemente, las plantas WTE proporcionan calefacción a cerca de un millón de hogares y electricidad a un cuarto de millón. Por lo que no solamente se está reduciendo la cantidad de residuos que acaban en los vertederos, sino que también ayuda a reducir la dependencia de los suecos respecto a los combustibles fósiles.
“Un buen dato para recordar es que tres toneladas de residuos contienen la misma energía que una tonelada de fuel oil...así que hay una gran cantidad de energía en los residuos” declaró Göran Skoglund, portavoz de Öresundskraft, una de las mayores compañías energéticas del país. Esto significa que los dos millones de toneladas de desperdicios incineradas cada año producen un ahorro de combustible de entorno a 670.000 toneladas. Los suecos incluso ayudan a limpiar otros países europeos importando su basura y quemándola.
Pero, qué pasa con los efectos medioambientales de la combustión de los residuos. El proceso genera productos secundarios tales como cenizas que contienen dioxinas, un contaminante químico. Sin embrago, los suecos han perfeccionado el proceso a lo largo de los años, y estos productos secundarios son eliminados, con lo cual solo una pequeña cantidad de dioxinas se libera a la atmósfera.
Desgraciadamente, como muchos productos contienen materiales que no pueden ser reciclados ni incinerados, los vertederos siguen siendo necesarios. Reducir la cantidad de residuos que producimos es obviamente la mejor solución, pero es más fácil de decir que de hacer. Aún así, parece que los suecos están sacando provecho de un mal existente, y puede que otros países comiencen a seguir su estela.
Juan Felipe Rubio (cc)