Multa de un millón y medio de dólares a Keurig por mentir sobre la reciclabilidad de sus cápsulas
El fabricante de café Keurig Canada tendrá que pagar una multa muy elevada, de hasta tres millones de dólares canadienses (1,5 millones de dólares estadounidenses), por declaraciones falsas o engañosas a los consumidores sobre el reciclado de sus cápsulas de café desechables.
Para castigar la operación de greenwashing llevada a cabo por Keurig Canadá, la Oficina de la Competencia (organismo antimonopolio canadiense) ha fijado una sanción ejemplar, acordada de hecho con la propia empresa, que voluntariamente llegó a un acuerdo para evitar seguir adelante con una demanda colectiva.
El productor de café norteamericano no sólo tendrá que pagar tres millones de dólares canadienses, sino que también deberá donar 800.000 dólares a una ONG medioambiental y tendrá que pagar honorarios legales y costes de investigación por un total de 85.000 dólares.
Todo ello por hacer afirmaciones falsas y dar información engañosa a los consumidores sobre la posibilidad de reciclar las cápsulas Keurig K-Cup de un solo uso. Como resultado de la investigación, se descubrió que sólo eran aceptadas por los centros de reciclaje de dos provincias canadienses, por lo que no todos los consumidores tenían realmente la oportunidad de reciclarlas.
Como escribe la Oficina de Competencia: «La Oficina descubrió que, fuera de las provincias de Columbia Británica y Quebec, las cápsulas K-Cup no se aceptan actualmente en los programas municipales de reciclaje». Pero eso no es todo, el fabricante proporcionaba información incompleta o incluso incorrecta sobre cómo recuperar las cápsulas. Más concretamente, indicaba que había que quitar la tapa y los posos del café, cuando en realidad algunas instalaciones de eliminación exigían también otros pasos.
Por supuesto, además de pagar las multas, Keurig Canadá también tendrá que cambiar las declaraciones de reciclabilidad y el embalaje de sus cápsulas K-Cup, publicando correcciones sobre la reciclabilidad de su producto en sus sitios web, redes sociales, medios de comunicación nacionales y locales, en el embalaje de todas las máquinas nuevas y por correo electrónico a sus abonados.
Así comentó el asunto el Comisario de Competencia, Matthew Boswell: «Presentar productos o servicios como si tuvieran más beneficios medioambientales de los que realmente tienen es una práctica ilegal en Canadá. Las afirmaciones falsas o engañosas de las empresas para promocionar productos "más ecológicos" perjudican a los consumidores, que no pueden tomar decisiones de compra con conocimiento de causa, así como a los competidores y a las empresas que realmente ofrecen productos con menor impacto ambiental».
Esta es el segundo correctivo económico por greenwashing al que se enfrenta esta multinacional. Su filial canadiense ya fue sancionada a comienzos de 2022 por la Oficina de la Competencia de aquel país con una multa de tres millones de dólares y la donación de otros 800.000 euros a una organización ambiental por idéntico motivo.
Fuente original EN INGLÉS: Competition Bureau Canada
[Este contenido ha sido reelaborado a partir de GreenMe]