Nueva fase en el proyecto que busca crear biocombustible a partir de aguas residuales
El proyecto, denominado "All gas", en el que colaboran un consorcio de empresas y entidades de seis países, coordinadas por la española Aqualia, ha elegido la localidad gaditana porque el sol es uno de los elementos fundamentales de este experimento que ahora, tras su primer año de rodaje, entrará en una primera fase de práctica.
Frank Rogalla, coordinador de este proyecto que dispone de una financiación europea de siete millones de euros, se acercó a la EDAR El Torno de Chiclana, en la que se lleva a cabo la iniciativa.
El tratamiento de la aguas residuales conlleva un elevado gasto de recursos, también de energía, y lo que el proyecto, que cuenta con cinco años para desarrollarse y demostrar su validez, plantea es hacer que, en lugar de un gasto, se convierta en una fuente para obtener biocombustibles. Así, mediante un proceso que aprovecha que las aguas residuales, debido a que desprenden nitrógeno y fósforo, son un medio en el que crecen las algas, que pueden convertirse en biomasa.
El proyecto, que pretende optimizar y maximizar el crecimiento de las algas, pone en funcionamiento ahora una superficie de 300 metros cuadrados, en un segundo paso pasarán a multiplicarse por diez y, finalmente, destinará a esta actividad diez hectáreas, en las que las aguas residuales de los vecinos de Chiclana se convertirán en el combustible que moverá, por ejemplo, los coches de policía o los autobuses escolares.
El proyecto "All gas" que se desarrolla en Chiclana es pionero en el mundo, pero ya hay más lugares en los que se trata de desarrollar la idea.
Rogalla comenta que donde haya sol y espacio se pueden encontrar proyectos similares y explica cuenta que ya están en ello en California, Nueva Zelanda, el área mediterránea, África del norte e incluso se está poniendo en marcha en otro tipo de geografías y climas, como en Holanda, aunque allí, con menos sol, tendrán que utilizar tanques más grandes.
Vía EFE