Para 2015 se esperan cambios legislativos en el principio europeo de las tres erres
Con motivo de su participación en el curso sobre gestión de residuos promovido por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y organizado por sogama, llevándose a cabo en Santiago de Compostela los pasados días 8, 9 y 10 de julio, Juan Manuel Revuelta, Director General de la Fundación Finnovaregio, con sede en Bruselas, apostó, en clara sintonía con las nuevas políticas medioambientales, por una economía baja en carbono y basada en el desarrollo sostenible. Para ello trasladó que, en el primer trimestre de 2015, se esperan cambios legislativos en el principio europeo de las tres erres, contando los Estados miembros con 25.000 millones de euros procedentes de los Fondos Estructurales para inversiones. “Se configura así un nuevo paquete, a presentar hacia finales de este año o a principios del que viene, que contribuirá a evolucionar desde una economía lineal a una economía circular, revisando con tal fin la Directiva sobre Residuos del 2008, así como la de Vertederos y la de Envases y Residuos de Envases”.
Atendiendo a la situación de España, manifestó que, en el ámbito de la recuperación de residuos, estamos al nivel de Italia y Francia, pero no de Bélgica, donde se encuentra muy arraigado el principio de reducción. Para ello sus ciudadanos cuentan con cuatro tipo de bolsas (amarilla, para el papel y cartón; azul, para los envases; blanca, para los restos residuales; y verde, para los de jardinería) que cuentan con un doble efecto disuasorio, esto es, tienen un coste, no se pueden sacar a la calle cuando se quiera y obligan a separar. Asimismo, comentó que para los ciudadanos que fabrican compost en el ámbito doméstico, se establecen rebajas en el impuesto de la basura.
Con ello, se pregunta Revuelta si los belgas son necesariamente más limpios que los españoles, a lo que responde que sí, pero a la fuerza.
Otra diferencia entre ambos países es que los contenedores no son propiedad de los municipios, sino que son alquilados o adquiridos directamente por los usuarios, siendo la frecuencia de recogida mucho menor que en España, donde, durante la época estival, se llegan a recoger más de dos veces al día, lo que supone un coste elevadísimo.
A pesar de todas estas iniciativas, la generación de residuos en Bruselas se ha incrementado un 5 por ciento, “pero el sistema impuesto permite que la ciudadanía sea más organizada”, observó.
FONDOS Y AYUDAS ECONÓMICAS
En este punto hizo alusión al Programa Life, principal instrumento medioambiental de la Comisión Europea con el que se financian proyectos innovadores medioambientales en el campo de la ordenanza.
Respecto a los Fondos Estructurales, que dan un nuevo marco jurídico para el período 2014-2020, concretó que una parte la gestiona el Estado y otra las comunidades autónomas y los ayuntamientos, obligando a que un 20 por ciento de los mismos se dedique a eficiencia energética y energías renovables. “Porque el binomio energía-residuos forma parte del problema de la sostenibilidad del sistema”, arguyó.
Respecto al precio de la gestión de la basura, confirmó que el más caro está en Nápoles y Sicilia, seguido por la planta de Tirme, en Palma de Mallorca.
LA INCINERACIÓN, UNA LEYENDA NEGRA
En cuanto a la incineración de residuos con recuperación de energía, insistió en que existe una leyenda negra en torno a la misma, añadiendo que la adopción de tecnologías innovadoras permite llevar a cabo un proceso absolutamente respetuoso con el medio ambiente y la salud.
Cuestionó, no obstante, las plantas de compost industrial, ya que el abono producido en las mismas no reúne las mínimas condiciones de calidad para ser colocado en el mercado, suponiendo un coste adicional.