El Parlament balear ha asumido este martes el mandato de la UE que implica que en 2021 los residuos generados deben reducirse en un 10% respecto del 2010 así como que en 2030 la reducción debe alcanzar un 20%. El incumplimiento de la norma puede suponer sanciones que van desde los 300 euros hasta los 2 millones de euros.

Para alcanzar los objetivos de la Unión Europea se suprimen numerosos enseres de plástico como bastoncillos higiénicos, vasos y platos, pajitas así como los envoltorios desechables de alimentos frescos, los cuales han de ser sustituidos por materiales biodegradables dentro de dos años, en 2021.

Una de las consecuencias de la ley será la adaptación que deben realizar los municipios en sus ordenanzas, las cuales han de promover que la generación de residuos se reduzca. Alguna de las actuaciones implicará, entre otros,  el controlar que se tiren colillas en las playas así como el promover que se instalen en los edificios públicos fuentes de agua potable como alternativa a las bebidas envasadas.