Residuos electrónicos para adsorber metales pesados en el agua
Investigadores de Hong Kong han encontrado un nuevo uso para los residuos electrónicos provenientes de ordenadores, teléfonos móviles y otros aparatos. Estos dispositivos utilizan placas de circuitos impresos que pueden ser utilizadas para absorber los metales pesados que existen en el agua.
Cada año se producen en el mundo entre 20 y 50 millones de toneladas de residuos electrónicos, pero su reciclaje es caro. Sólo las partes metálicas pueden ser reutilizadas y para ello es necesario separarlas del plástico y resto de materiales. Este proceso es muy costoso, por lo que la mayor parte de estos residuos terminan en incineradoras o en vertederos. Ambas opciones representan riesgos para la salud y el medio ambiente ya que la quema de esa mezcla de metal y plástico libera dioxinas al medio y los metales de las placas que terminan en los vertederos pueden llegar a contaminar las aguas subterráneas.
Gordon McKay y sus compañeros de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong han investigado una forma de reciclar la fracción no metálica de las placas de aparatos eléctricos y electrónicos, compuesta fundamentalmente de plástico y aluminio-silicatos. Este equipo, que ya había desarrollado previamente materiales adsorbentes para eliminar los metales tóxicos en afluentes de agua, pensó que los aluminio-silicatos podrían consituir un adsorbente de una eficacia similar a la zeolita, mineral que estaban utilizando inicialmente para este propósito.
Para demostrar esta teoría, McKay y su equipo molieron la fracción no metálica de las placas de los circuitos hasta conseguir un polvo que posteriormente trataron con hidróxido de potasio para incrementar su porosidad. Para completar el experimento, añadieron este polvo a soluciones de cobre, plomo y zinc. Los investigadores descubrieron que el polvo que habían creado adsorbía los metales de forma más eficiente que otras soluciones existentes en la industria.
El equipo de McKay ya está hablando con recicladores de Hong Kong para ampliar el proyecto piloto a mayor escala.