Residuos y bioconstrucción: continúan los ensayos del proyecto Biovalvo
El proyecto Biovalvo, tiene como objetivo la revalorización de las conchas de mejillón, un residuo de la industria alimentaria, para la fabricación de áridos empleados en materiales de construcción y edificación.
Para comprobar la eficacia de los materiales en una edificación real, en el 2015 se erigió un módulo experimental en el campus de la Universidad de A Coruña en Elviña. El edificio fue diseñado por el estudio Casadobre Arquitectura y la obra fue ejecutada por Obrabio SL.
El módulo Biovalvo tiene forma de mejillón con las valvas abiertas y se construyó siguiendo los criterios de bioconstrucción, utilizando el mayor número de materiales naturales posibles y con bajo impacto ambiental, y respetando el estándar de eficiencia energética Passivhaus. Para la zapata, suelo, paredes y revestimientos se utilizaron áridos a base de valvas de mejillón en distintos porcentajes y con diferentes tamaños de grano. Además la cubierta está formada en su totalidad por un relleno de conchas.
Tras la finalización del módulo se comprobó que el comportamiento de los materiales a corto plazo fue satisfactorio, confirmándose su eficacia como aislante térmico y acústico. Desde entonces diversas líneas de investigaciones continúan abiertas en el módulo Biovaldo.
Actualmente el comportamiento a largo plazo está siendo estudiado en una tesis doctoral. Para ello, el módulo esta siendo monitorizado en un proceso de envejecimiento artificial, para poder definir el porcentaje máximo de valvas que se utilizarán en la mezcla sin que la durabilidad descienda con los años, un porcentaje que "será diferente según el ligante utilizado, cemento, cal o arcilla, y que probablemente habra que bajar por debajo del 75% que problamos a corto plazo" señaló la ingeniera Belén González Fonteboa, una de las investigadoras del proyecto.
Además de en la construcción del módulo Biovaldo, estos áridos también se utilizaron en una intervención urbanística en la ciudad de A Coruña. Para la construcción del suelo de la Praza dos Mariñeiros, diseñada por el arquitecto Jorge López Couto, un equipo de la UCD asesoró a la empresa constructora para calcular los porcentajes de cochas en el hormigón.