Sentinel-4, la misión de la ESA que cambiará la forma de monitorear la calidad del aire en Europa

Sentinel-4, que orbitará desde una posición geoestacionaria fija a 36.000 kilómetros sobre la Tierra, proporcionará datos de alta resolución cada hora sobre los principales contaminantes del aire, ofreciendo una visión sin precedentes de la dinámica rápidamente cambiante de nuestra atmósfera.
A diferencia de sus predecesores, Sentinel-4 no solo ofrecerá información diaria, sino que también proporcionará un seguimiento en tiempo real de contaminantes como el dióxido de nitrógeno, el ozono y otros gases traza nocivos que fluctúan rápidamente debido al tráfico, la actividad industrial y los patrones climáticos.
Este cambio a actualizaciones cada hora se considera un gran avance en el pronóstico de la calidad del aire, que permite respuestas más rápidas y precisas a los eventos de contaminación.
“Sentinel-4 supone un cambio radical en la predicción de la calidad del aire.” – Ben Veihelmann, científico de las misiones Sentinel-4 y Sentinel-5 de la ESA.
Por qué es importante la ubicación de la órbita
Sentinel-4 es único porque operará desde una órbita geoestacionaria, lo que permitirá la vigilancia continua de la misma región.
A diferencia de los satélites en órbita terrestre baja que sólo pasan por el mismo lugar una vez al día, Sentinel-4 mantendrá una visión constante de Europa y partes del norte de África.
Esta órbita permite al satélite escanear su región objetivo cada hora, capturando los rápidos cambios en la contaminación del aire impulsados por la actividad humana y las condiciones meteorológicas.Esta capacidad de detectar fluctuaciones horarias es fundamental para comprender el transporte y la transformación de contaminantes y será un cambio fundamental en los pronósticos de calidad del aire a corto plazo y las alertas de salud pública.
Tecnología avanzada para la detección de gases traza
En el corazón de la misión se encuentra un espectrómetro de imágenes UVN (ultravioleta, visible e infrarrojo cercano) altamente sofisticado, capaz de detectar concentraciones minúsculas de gases y aerosoles nocivos.
Al analizar la luz solar que ha pasado a través de la atmósfera o se ha reflejado en la superficie de la Tierra, Sentinel-4 puede identificar las “huellas” espectrales de los contaminantes y determinar sus concentraciones.
Estos datos ayudarán a rastrear la distribución vertical de sustancias como el ozono y el dióxido de azufre, ofreciendo información no sólo sobre la contaminación a nivel del suelo sino también sobre cómo se comportan los contaminantes en toda la atmósfera.
Colaboración internacional para un impacto global
La misión Sentinel-4 es un esfuerzo conjunto entre la Agencia Espacial Europea (ESA) y Eumetsat, la Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos.
El instrumento Sentinel-4 estará montado en el Meteosat Third Generation Sounder (MTG-S), un satélite meteorológico, combinando dos misiones en una plataforma y maximizando la eficiencia.
La misión también forma parte de una iniciativa global de monitoreo de la calidad del aire desde el espacio. Junto con TEMPO de la NASA (para Norteamérica) y GEMS de Corea del Sur (para Asia), Sentinel-4 contribuirá a una constelación de satélites geoestacionarios que, en conjunto, proporcionan una cobertura casi continua de las zonas más densamente pobladas del hemisferio norte.
Esta coordinación internacional es crucial, ya que la contaminación del aire no respeta fronteras nacionales.
Convertir los datos de calidad del aire en información práctica
Todos los datos generados por Sentinel-4 serán de libre acceso y uso, dando soporte a una amplia gama de servicios y partes interesadas.
Entre los principales beneficiarios estarán el Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus (CAMS) y el Servicio de Cambio Climático de Copernicus, los cuales integrarán los datos en modelos operativos y pronósticos.
Esta información ayudará a las agencias públicas a emitir alertas oportunas sobre la calidad del aire, verificar el cumplimiento de las regulaciones ambientales y evaluar el progreso hacia los objetivos de reducción de emisiones.
Más allá de la gobernanza, los datos de Sentinel-4 ayudarán a la investigación científica, respaldarán la industria de la energía solar e incluso informarán las decisiones de aviación mediante el seguimiento de las emisiones volcánicas.
Mejorar la salud pública y las políticas
Uno de los impactos más significativos de la misión será en el campo de la salud pública.
Al proporcionar información detallada y oportuna sobre los niveles de contaminación, Sentinel-4 ayudará a proteger a las poblaciones vulnerables, como las personas con afecciones respiratorias, al permitir advertencias sanitarias y estrategias de reducción de la exposición.
Los datos del satélite también servirán a los responsables de las políticas, fundamentando decisiones basadas en evidencia y haciendo un seguimiento de la eficacia de la legislación ambiental.
Representa un paso crucial para traducir la capacidad científica en acciones en el mundo real, fomentando comunidades más saludables y resilientes.
Un punto de inflexión en el monitoreo de la calidad del aire
Con su instrumentación avanzada, su posición orbital única y su base colaborativa, la misión Sentinel-4 promete redefinir el panorama del monitoreo de la calidad del aire.
Al ofrecer datos de alta frecuencia y alta resolución sobre los contaminantes atmosféricos, mejorará nuestra comprensión de la contaminación del aire y fortalecerá nuestra capacidad para combatirla.
Mientras Europa se prepara para el lanzamiento del satélite a mediados de 2025, crece la expectativa en las comunidades científicas, ambientales y de salud pública.
Sentinel-4 no es simplemente otro satélite: es una herramienta poderosa que nos ayudará a respirar mejor en los próximos años.
[Este contenido procede de Innovation News Network Lee el original aquí]