The Crayon Initiative: reutilización de ceras de colores para hacer nuevas ceras para los niños en los hospitales
En el mundo se tiran a la basura millones de toneladas de ceras de colores gastadas procedentes de casas y escuelas. Al parecer, en algunos restaurantes de Estados Unidos también es habitual que existan hojas y este tipo de lapiceras de colores a disposición de los niños. Y fue precisamente en ese país, concretamente en la ciudad de San Francisco (California) donde Bryan Ware se preguntó una noche, celebrando su cumpleaños en un restaurante con sus dos hijas, qué pasaría después con las ceras de colores que un camarero había traído a sus niñas para dibujar. Se llevó una ingrata sorpresa al enterarse de que esas y otras ceras apenas usadas irían a parar directamente a la basura. No tardó en saber que ese era el destino de miles y miles de pinturas usadas en restaurantes, comercios y escuelas. De hecho, se calcula que en Estados Unidos se tiran a los vertederos hasta 35.000 kilos de ceras rotas o desgastadas procedentes de restaurantes y colegios. Ahí se empezó a gestar la organización sin ánimo de lucro “The Crayon Initiative”.
Efectivamente, para intentar paliar ese descomunal despilfarro, Bryan se las ingenió para reutilizar esas ceras de colores usadas convertidas de pronto en residuos. Desde entonces, se puso a recoger miles de estos utensilios de dibujo procedentes de restaurantes, comercios, viviendas privadas y otros lugares implicados con esta bonita iniciativa solidaria. Con ayuda de hornos y máquinas específicas, Bryan encontró la forma de derretir las ceras, separándolas por colores, y vertiéndolas en moldes especiales con los que fabricar nuevos crayones, que después se reparten entre los niños ingresados en hospitales.
La organización solidaria recuerda que los centros hospitalarios cuentan con programas de arte para que los niños puedan aprender y entretenerse mientras desarrollan sus habilidades y creatividad. Además, con las nuevas ceras de colores recicladas y una simple hoja blanca de papel, los niños pueden acercarse al concepto de una vida lo más cercana posible a la ‘normalidad’. “El arte ayuda a los niños hospitalizados a aliviar su ansiedad, a prestar apoyo psicológico y a ofrecer salidas creativas para expresarse. También mejora sus habilidades para resolver problemas, desarrolla su pensamiento crítico y promueve la creatividad e imaginación. Los niños pueden escapar a un mundo de fantasía dibujado por su propia imaginación usando únicamente sus ceras”, señala la web de The Crayon Initiative.
Amarillo, verde y azul