Una firma de moda vasca presenta trajes de baño realizados a partir de residuos
Hace cuatro años Patricia Van Herckenrode comenzó su viaje por el continente asiático. Esta bilbaína, de 27 años, partió de nuestro territorio con una mochila en la espalda para cumplir un sueño: fundar su propia firma de baño sostenible. Antes, intentó dar con proveedores y productores que trabajaran acorde a su filosofía 'slow fashion' en España. Los encontró, pero no se lo pusieron fácil. «Cuando quieres crear una pequeña empresa desde cero, todo son impedimentos», lamenta. Y decidió emprender una nueva aventura en Indonesia. «Sabía que en este país había muchos talleres que trabajaban bajo los parámetros de la sostenibilidad», cuenta. Compró un billete solo de ida, ya que no sabía a ciencia cierta cuánto tiempo tardaría en encontrar a las personas que darían forma a sus bikinis y bañadores.
Tras emplear tres meses tocando las puertas de las fábricas textiles del país para conocer de primera mano su funcionamiento, encontró la ideal en Bali. Se trata de un pequeño taller familiar con condiciones de trabajo tanto seguras como éticas y donde artesanos autóctonos confeccionan piezas de baño respetando las tradiciones locales. Así, su proyecto, que mira a un futuro mejor, comenzó a coger forma. «La firma busca eliminar fronteras y tiene la responsabilidad social y medioambiental como bandera», precisa Patricia. En 2017, ya de vuelta a la villa, esta joven soñadora fundó la marca bajo el nombre Volett, un término que viene de la unión de dos verbos: querer en francés ('vouloir') y dejar en inglés ('let'). «Simboliza la personalidad y el carisma de las mujeres que visten nuestras prendas», explica.
Con esta firma, Patricia pretende dar un giro sostenible a la moda de baño: «quiero dar a las mujeres el poder de resaltar su belleza mientras se conservan los océanos». Por eso, su ropa de baño está producida a base de materiales realizados con desechos que se encuentran en las costas y en el fondo del mar. «Las prendas están elaboradas con Econyl, la revolucionaria fibra que recicla plásticos para crear moda», explica. Y para que todo esto sea posible, la marca colabora con dos empresas internacionales: la primera transforma esa basura en Econyl, un hilo virgen de poliamida; y la segunda lo convierte en tejido.
La firma refleja las inquietudes y anhelos de esta joven que creció rodeada de tejidos y patrones. «Mi pasión por la moda viene de cuna. Mi familia lleva muchas generaciones dedicándose a esta industria», cuenta. Pero Patricia nunca estudió diseño de moda. Prefirió cursar un grado en Publicidad y Relaciones Públicas en la UPV de Leioa y especializarse en la organización de eventos. No obstante, siempre tuvo una relación muy íntima y especial con esta disciplina: «La aprendí de forma autodidacta en mi tiempo libre». Además, optó por emprender su propio camino en el sector siguiendo el ejemplo de sus padres, que siempre han tenido alma emprendedora. «Desde pequeña me transmitieron la ilusión de crear algo que me representara. Me decidí por la moda de baño porque me percaté de que era muy sencilla en cuanto a formas y estampados. Parecía que no había manera de salir del típico bikini de triángulo negro. Así que decidí darle un giro de tuerca», cuenta.
El proyecto más personal de Patricia aúna el respeto por el medioambiente y el diseño. Los modelos de bikinis y bañadores que idea a lápiz son especiales, diferentes, y están teñidos por coloristas estampados, el punto fuerte de la firma. «Las colecciones están inspiradas en mujeres modernas, con carácter y con un estilo personal, simbolizando el carisma de cada una de nosotras», explica. Además, tanto las braguitas como los tops no tienen costuras para garantizar la comodidad. «No rozan ni oprimen, se ajustan a la perfección a tu figura», asegura esta bilbaína. Por otro lado, siguiendo el principio de sostenibilidad medioambiental por el que apuesta la firma, las piezas son lo suficientemente atemporales para sobrevivir a largo plazo. De hecho, algunos modelos son reversibles para poder lucirlos de ambas formas: «Cuando se hayan cansado de su estampado, siempre pueden darle la vuelta».
La firma de esta joven emprendedora se dirige a una consumidora consciente que respeta el planeta y es amante del mar. «A las mujeres que adquieren mi ropa de baño no solo les importa si el artículo puede lavarse o no a mano, sino que quieren conocer el origen de la materia prima y cómo y dónde se ha fabricado», cuenta. Los bañadores y bikinis de Volett ya se han hecho un hueco en los cajones y maletas de cientos de mujeres de nuestro país. «Solicitan mis piezas desde Madrid, Barcelona...», puntualiza. Pero no solo eso, si no que los pedidos han rebasado nuestras fronteras a través de la web y las redes sociales de la firma. «Se han interesado por los diseños en Luxemburgo o Portugal», cuenta emocionada. En Bilbao, la moda baño de esta firma sostenible se puede adquirir en la tienda '6-16 Junior Jean', situada en plena Gran Vía. También se puede comprar de forma online a través de la web del showroom Drestip. «Además, el embalaje y el etiquetado de los pedidos también tiene en cuenta al medio ambiente, ya que utilizamos materiales que son 100% reciclados, reciclables y reutilizables», asegura Patricia.
Tras el verano y si la situación provocada por el coronavirus mejora, Patricia se planteará reinventar la firma. «Quién sabe, igual en un futuro podemos incluir otros artículos de baño, como toallas», adelanta. Pero eso sí, siempre elaboradas a partir de tejido sostenible y siguiendo los principios 'slow fashion' de la marca.
[Esta noticia fue publicada originalmente en El Correo. Lee el original aquí]