Vapeadores, la gran amenaza para la gestión de la basura en Reino Unido
Según los ayuntamientos, los vapeadores desechables provocan cada vez más incendios en los camiones de basura y problemas de reciclaje, lo que supone un "gran coste" para el contribuyente. La Asociación de Gobiernos Locales, que representa a los ayuntamientos de Inglaterra y Gales, afirma que los vaporizadores de un solo uso, como las barritas Elf, Lost Mary y Juul, son casi imposibles de reciclar. Están diseñados como una sola unidad, por lo que las pilas no pueden separarse del plástico.
Según la organización, las pilas de litio dentro del plástico pueden aumentar bruscamente de temperatura si se aplastan y volverse inflamables. Esto cuesta dinero a los contribuyentes por los daños causados por el fuego a los equipos y el tratamiento especializado necesario para tratar los residuos peligrosos.
El año pasado, una investigación de Material Focus (organización sin ánimo de lucro que lleva a cabo la campaña Recicla tus aparatos eléctricos) descubrió que en el Reino Unido se tiran a la basura cada semana cerca de 1,3 millones de vapeadores de un solo uso, lo que supone un aumento extraordinario desde que se vendieron los primeros en 2019. Su trabajo descubrió que más de 700 incendios en camiones de basura y centros de reciclaje fueron causados por baterías que habían sido arrojadas a la basura general.
El mes pasado, las empresas de reciclaje declararon que estaban tratando con tantos vapeadores que tenían dificultades para asegurar sus instalaciones. Algunas recurren a la inteligencia artificial para detectar los vapeadores, además de instalar cámaras térmicas y chorros automáticos de espuma. La advertencia llega unos días después de que los pediatras pidieran la prohibición total de los vapeadores desechables para reducir su popularidad entre los jóvenes, ya que aún se desconoce su impacto a largo plazo.
Los ayuntamientos piden a la Agencia de Medio Ambiente que imponga de forma proactiva a los minoristas la obligación de pagar a un sistema de conformidad del productor y la reforma del sistema de responsabilidad del productor.
Los cigarrillos electrónicos se clasifican como "juguetes, material de ocio y deportivo", lo que, según los ayuntamientos, no refleja el daño del material ni el coste de su recogida. El gobierno también debería buscar formas de fomentar la devolución de los vapes mediante un sistema de devolución de depósitos financiado por los productores, ha argumentado la AGL.
Según un informe de Action on Smoking and Health (Ash), el consumo de vapeadores ha aumentado rápidamente en la última década y se calcula que 4,3 millones de personas consumen estos productos. Los datos indican que el 8,3% de los adultos de Inglaterra, Gales y Escocia vapean, frente al 1,7% de hace una década, lo que equivale a unas 800.000 personas.
[Este contenido ha sido reelaborado a partir de The Guardian. Lee el original aquí]