3 implicaciones del cambio de la RSE a ASG para las empresas
Desde la responsabilidad social de las empresas (RSE) hasta la triple cuenta de resultados (3 P: personas, beneficios, planeta), demasiados acrónimos corporativos se quedan a un lado del escritorio y no consiguen tener un impacto duradero en las empresas y el mundo. En el mejor de los casos, son iniciativas nobles; en el peor, son de boquilla. El mayor escollo de los programas de sostenibilidad de las empresas es que no están integrados en el núcleo del negocio para lograr una creación de valor significativa, sistémica y a largo plazo.
La evolución más reciente en el camino de la sostenibilidad corporativa es la ASG: un conjunto de criterios ambientales, sociales y de gobernanza para medir y evaluar una empresa. Lo que separa a ESG de los programas precursores no es sólo un cambio de siglas, sino el cambio de paradigma de una filosofía centrada en los accionistas a una centrada innegablemente en todas las partes interesadas. La evolución de la RSE a los ASG puede desglosarse en estos tres cambios fundamentales.
1. Del mensaje al significado
La RSC y otros programas precursores son prácticas y políticas autorreguladas que recogen el compromiso de una empresa con el impacto positivo. Aunque estos compromisos de RSE se comunican ampliamente a través de mensajes de marketing, carecen de datos cuantificables y comparables para validar sus resultados. Algunas empresas y sus programas de RSC son incluso criticados por el lavado verde ("greenwashing"), lo que hace que los consumidores sean cada vez más escépticos con respecto a las iniciativas de sostenibilidad de las empresas.
La narración de historias sigue siendo primordial en el ámbito de la ASG, pero se valida con métricas específicas que miden el rendimiento holístico de una empresa. La cantidad de transparencia y especificidad de las métricas ESG, así como la incorporación de marcos más amplios como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aportan una nueva diemnsión de significado.
2. De los silos a los sistemas
Los programas de RSC difieren bastante de una empresa a otra, ya que cada uno alberga una variedad de actividades poco conectadas que van desde causas filantrópicas hasta el voluntariado de los empleados. Debido a la variedad de temas y actividades que se incluyen en la RSC, la supervisión de estos programas a menudo se realiza en silos dentro de la organización.
Las cuestiones ASG, en cambio, son fundamentalmente interseccionales. "E", "S" y "G" no son categorías separadas, sino que están interconectadas. Consideremos las cuestiones climáticas, por ejemplo: la ESG no sólo examina el impacto medioambiental de una organización, sino también las cuestiones de justicia social en torno al impacto desproporcionado del cambio climático en las poblaciones de bajos ingresos. Este tipo de programa basado en el sistema requiere un enfoque integrado de la gestión en el que todo el equipo directivo, incluido el consejo de administración, lo asuma como propio.
3. Del ahorro de costes a la creación de valor
La última diferencia que merece la pena señalar en la evolución hacia la ASG es la motivación que hay detrás de la sostenibilidad corporativa. Tradicionalmente, el argumento utilizado para conseguir que las partes interesadas se sumen a las iniciativas de RSE era el beneficio de reducir los costes empresariales, como el menor consumo de energía.
Hoy en día, esa narrativa ha cambiado profundamente. La ASG actúa como una palanca estratégica que impulsa nuevas oportunidades de crecimiento y mejora el rendimiento. De hecho, según un estudio de BlackRock, el 81% de una selección representativa a nivel mundial de empresas con un propósito y con mejores perfiles ASG superó a sus homólogas en 2020, a pesar de la caída del mercado. Cuando se lleva a cabo con éxito, una estrategia ASG a medida se apoya en el propósito de la empresa y se integra profundamente en las operaciones comerciales.
Con una demanda que llega desde todos los ángulos, estamos al borde de un punto de inflexión en el mundo empresarial. De hecho, Bank of America & BofA Securities predice que 20 billones de dólares en activos fluirán hacia fondos y estrategias sostenibles en las próximas dos décadas, casi igualando el valor de mercado del S&P 500 en la actualidad.
Las organizaciones que no adopten esta nueva era de sostenibilidad corporativa se arriesgan a quedarse atrás. Si usted es un líder corporativo, ahora es el momento de evaluar cómo su organización se relaciona con ESG respondiendo a las siguientes preguntas y volver a alinearse con sus equipos de liderazgo en un camino hacia adelante:
- ¿Cómo está midiendo la eficacia de sus programas de sostenibilidad?
- ¿Quién toma las decisiones sobre estos programas?
- ¿Cómo sustenta su "propósito" su estrategia de sostenibilidad?
- ¿Cómo impulsa su programa de sostenibilidad el crecimiento y el rendimiento de su empresa?
[Este contenido procede de GreenBiz. Lee el original aquí]