5 ideas para implantar la economía circular en tu empresa
La sostenibilidad se ha convertido en un imperativo para todas las empresas. Ante unos desafíos medioambientales cada vez más apremiantes, es indispensable adoptar prácticas corporativas que fomenten la economía circular, con el objetivo de mitigar los impactos negativos de actividad y promover un desarrollo más equitativo y sostenible.
La economía circular apuesta por una utilización más eficiente de los recursos, la minimización de la generación de residuos y el fomento de la reutilización, reciclaje y recuperación de materiales. Con esto no solo se beneficia al medio ambiente, al reducir la extracción de recursos y las emisiones de CO2, sino que también se abren nuevas oportunidades económicas, como la creación de empleo en sectores relacionados con la gestión de residuos y la innovación en productos y servicios.
En la Unión Europea se está trabajando en el desarrollo de un marco legislativo que promueva el cambio del modelo de gestión de residuos actual hacia una economía circular, como se recoge en la web del Parlamento Europeo. Aquí se enmarca, por ejemplo, la normativa que regula el denominado ‘derecho a reparar’.
En definitiva, abrazar la economía circular en nuestra empresa no solo responde a imperativos éticos y legales, sino que también puede generar beneficios a largo plazo. Hemos de tener en cuenta que la economía circular puede repercutir en la optimización de recursos y la reducción de costes operativos, la mejora de la reputación corporativa o el acceso a nuevos mercados y clientes más conscientes.
¿Cómo incorporar la economía circular?
TEIMAS, compañía especializada en el desarrollo de software para la cadena de valor del residuo, ofrece algunos consejos para implantar modelos de producción y consumo circulares.
1. Preparación para la reutilización
Lo primero que hay que hacer para implantar la economía circular en nuestra empresas es tratar de identificar aquellos residuos que puedan ser destinados a la preparación para reutilización.
Una vez identificados, se ha de proceder a su limpieza, comprobación o reparación, de manera que puedan prepararse para ser introducidos de nuevo en el mercado cumpliendo las normas técnicas y de producto.
“Muchas empresas dedicadas a la gestión de residuos disponen ya de autorización para realizar este tipo de tratamiento. Un buen ejemplo podrían ser los equipos informáticos”, detalla la compañía.
2. Valorización de los residuos
“El término valorización se utiliza cuando los residuos generados se destinan a cualquier finalidad que pueda sustituir a otros materiales. Esto incluye tanto la valorización de materiales, que mantiene o transforma los residuos, como la valorización energética, que aprovecha los residuos para generar energía, electricidad o calor”, explica TEIMAS.
Para que más materiales puedan ser destinados a su valorización y que se mantengan en la cadena productiva es importante una correcta identificación y clasificación en el lugar en el que se generan. Esto permitirá que puedan separarse y distinguirse aquellos residuos que es posible reciclar o valorizar de algún modo, en lugar de ser eliminados.
3. Potenciar el alquiler
“Si el negocio lo permite, el alquiler es una práctica que contribuye a una economía más sostenible al ahorrar el capital de la compra, el gasto en mantenimiento, el transporte o el seguro”, puntualiza la empresa.
Además, la fórmula del arrendamiento permite sustituir el concepto de consumidor por el de usuario, al aplicar el pago por la suscripción a un servicio, en lugar de ofrecer la compra del producto.
4. Aplicación del ecodiseño
“Una de las claves de la economía circular es la mejora de productos, servicios o procesos diseñar productos cuya vida útil sea lo más larga posible”, destaca TEIMAS.
“Para ello, no solo el producto debe crearse desde un principio para durar el máximo posible, sino que además debe ser fácil de reparar, reciclar y reutilizar. Según el Parlamento Europeo, diseñar productos más eficientes y sostenibles, desde el principio, reduciría el consumo de energía y recursos, pues se calcula que más del 80% del impacto ambiental de un producto se determina durante la fase de diseño”, puntualiza la empresa de software.
5. Potenciar la innovación tecnológica
Las empresas también pueden impulsar la economía circular a través de la innovación. “Cuando un negocio rediseña materiales o productos teniendo en cuenta su mayor durabilidad o el uso de materiales reciclables, se consiguen reducir los deshechos. También se puede innovar en los procesos industriales, intentando generar menos desperdicio o más reaprovechamiento”, anota TEIMAS.