Andalucía: La pandemia eleva en un 60% los residuos infecciosos en Málaga en 2021
Quien deposita su mascarilla escrupulosamente doblada, la botellita vacía del gel desinfectante o el pequeño cassette del último test de antígenos en la papelera, seguramente no tenga la sensación de contribuir a un problema masivo de gestión de residuos. Pero, al fin y al cabo, son mil millones de personas en todo el mundo que repiten este gesto en el día a día de la rutina pandémica, generando un aumento de residuos y de plásticos del que ha advertido recientemente la Organización Mundial de Salud. Un problema que también se puede observar en los hospitales de Málaga, donde la basura que se ha generado de material infeccioso, relacionado con el coronavirus, ha experimentado un incremento del 60% en comparación con 2019, año prepandemia.
Según los datos remitidos por el departamento de Gestión Ambiental del Servicio Andaluz de Salud (SAS), ese 60% ha supuesto, en el complejo hospitalario que conforman en la capital el Regional, el Civil y el Materno Infantil, llegar hasta los 316.106 kilos en 2021. «Hay un incremento espectacular a consecuencia del coronavirus», han corroborado fuentes oficiales del SAS: «EPI's, mascarillas, geles y demás cosas relacionadas con la protección».
Este aumento tiene un efecto dominó sobre el número de contenedores en los que acaban los residuos tóxicos. Para desechar estos residuos, se han requerido un 57% más de contenedores que en 2019: un total de 73.363. Una empresa privada se encarga de recogerlos y del reciclaje correspondiente de estos materiales infecciosos.
La comparativa entre los tres hospitales también permite ver en cuáles se ha librado una guerra más intensa contra el covid-19 y en cuáles su impacto ha sido algo más leve. Destaca, con diferencia, el Hospital Regional, donde la basura pandémica ha aumentado en 2021 en un 90% en comparación con el 2019. La gran mayoría de pacientes con covid pasan por estas infraestructuras. En total, la basura generada por residuos infecciosos ha aumentado aquí en 224.079 kilos. El impacto ha sido menor en los otros dos centros en cuestión. En el Materno Infantil, los residuos infecciosos han aumentando en 58.430 kilos en comparación con 2019, un 10%. Y en el Hospital Civil, en 33.597 kilos, suponiendo un 44%.
Como pasa con cualquier problema derivado de la pandemia, se trata de un problema global. Según el antes mencionado estudio de la OMS, las primeras ocho mil millones de dosis de vacunas inoculadas no han supuesto solo una protección importante contra el virus. También han dejado 144.000 toneladas de basura en forma de ampollas de cristal, jeringuillas, agujas y material de cartón.
Solo los trajes de seguridad para los empleados en el sector sanitario han generado hasta el noviembre de 2021, asevera la organización, 87.000 toneladas de basura. La gran mayoría, monos, guantes, mascarillas, cubres para la cabeza y los pies. Los 140 millones de test de antígenos que ha repartido la OMS han derivado en 2.000 toneladas de plástico y 730.000 litros de residuos químicos. Una cantidad que bastaría para, prácticamente, llenar una piscina olímpica.
En el estudio publicado por la OMS no aparece la basura generada por los particulares. Serán, igualmente, cantidades ingentes. Por tanto, la misma organización demanda que se haga un uso responsable de todo material protector y aboga utilizar material producido de manera local, en detrimento de importaciones que se recorren miles de kilómetros.
[Este contenido procede de Diario Sur. Lee el original aquí]