Arrancan en España los primeros proyectos frente al reto del reciclaje eólico
España es, actualmente, el segundo país europeo (y el quinto del mundo) con más potencia eólica instalada, con un total de 28.139,51 MW a 31 de diciembre de 2021. Alrededor de 5.000 MW eólicos superarán este 2022 las dos décadas de vida, mientras que otros 400 MW alcanzarán los 25 años de antigüedad. Estas cifras se irán incrementando en los próximos tres años, de manera que, según datos de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), en 2025 alrededor de 10 GW de proyectos eólicos con 20 años o más, de los cuales 2,2 GW tendrán más de 25 años, deberán optar entre extender la vida útil de sus activos o llevar a cabo una repotenciación para sustituir los aerogeneradores antiguos por otros más modernos y eficientes, lo que ayudará a reducir el impacto paisajístico y la superficie ocupada.
Si nos centramos solamente en las palas de los aerogeneradores, AEE señala que, entre 2021 y 2025, se desmantelarán 145.475 toneladas de este componente. Las palas de las turbinas eólicas están conformadas por una combinación de fibras de vidrio y resinas de separación compleja, de ahí que uno de los objetivos del sector eólico sea desarrollar soluciones eficaces y eficientes, con criterios de economía circular, de manera que se llegue a conseguir que el material desmantelado pueda ser recirculado y reusado, evitando así su traslado a vertedero al final de su vida útil.
El pasado mes de junio, el Ministerio para la Transición Ecológica abrió a consulta pública una línea con 150 millones para repotenciación eólica, minihidráulica y reciclaje de palas. Las ayudas, con cargo al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), se enmarcan en el PERTE de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (PERTE ERHA) y el PERTE de Economía Circular. En el caso de la eólica, se espera lograr al menos 435 MW eólicos repotenciados y una capacidad anual de reciclaje de cerca de 19.000 toneladas de palas y otros materiales compuestos del aerogenerador. Los proyectos que opten a las ayudas deberán estar finalizados antes del 31 de diciembre de 2025 y tendrán que respetar el principio de "no causar un daño significativo" al medioambiente.
Primeros proyectos en España
En lo que llevamos de año, tres de las principales energéticas españolas han dado a conocer sendos proyectos para la renovación de los componentes de las instalaciones renovables en España.
Endesa ha sido la primera en hacerlo. La eléctrica anunciaba en enero pasado la próxima puesta en marcha de una planta de reciclaje de palas eólicas en Cubillos de Sil (León), junto a PreZero España, especializada en ofrecer soluciones medioambientales para la reducción y el reciclaje de residuos. El proyecto, que forma parte del Plan Futur-e de Endesa para el complejo industrial de Compostilla y dará empleo directo a una treintena de personas, cuenta con el apoyo de Reciclalia Composite como experta en reciclaje de materiales compuestos, así como de GE Renewable Energy y su filial LM Wind Power como suministradores de palas y fibra de vidrio, respectivamente.
La nueva infraestructura, que estará operativa a comienzos de 2024 y en la que se invertirán 8,5 M€, responde al reto del reciclaje de más de 6.000 tn al año de fibra de vidrio y carbono de los aerogeneradores, dando una segunda vida a los materiales de las palas aplicando criterios de economía circular. Además, el proyecto contempla la reutilización e incorporación de los materiales reciclados de fibra de vidrio, fibra de carbono y otros subproductos del proceso nuevamente en la industria, tanto eólica como de otros sectores, que puedan demandar dichos compuestos. Endesa también tiene previsto aportar palas que ya no se utilicen en sus instalaciones renovables para su posterior reciclaje.
La segunda iniciativa se conocía a principios de junio de la mano de Iberdrola. Junto a FCC Ámbito, filial de FCC Servicios Medio Ambiente, han lanzado la empresa EnergyLOOP -impulsada a través del programa PERSEO Venture Builder de Iberdrola- para la puesta en funcionamiento de una planta de reciclaje de palas de aerogeneradores a escala industrial. La instalación, en la que se invertirán cerca de 10 millones de euros y dará empleo directo e indirecto a un centenar de personas, se ubicará en el sur de Navarra, un lugar estratégico por su cercanía a algunos de los primeros parques eólicos del país y con buenas conexiones con otras regiones con abundantes instalaciones eólicas.
El objetivo inicial del proyecto, en el que también participará Siemens Gamesa, será la recuperación de los componentes de las palas de aerogeneradores (en su mayoría fibras de vidrio y carbono y resinas) y su reutilización en sectores como el energético, aeroespacial, automovilístico, textil, químico o de la construcción. El proyecto actuará en las diferentes etapas que permitan la circularidad de las palas de aerogenerador: pretratamiento y acondicionamiento in situ, logística de transporte del residuo, tecnologías de reciclaje y comercialización de productos reciclados, entre otros. Asimismo, buscará desarrollar soluciones de reciclaje igualmente vanguardistas para otros componentes de instalaciones renovables, como paneles solares fotovoltaicos o baterías.
El tercer proyecto corre a cargo de Naturgy que, junto a Ruralia (holding de participadas de Caja Rural de Soria) pretenden impulsar una nueva empresa dedicada al desmantelamiento y reciclaje integral de parques eólicos, a la que han llamado GIRA Wind (Gestión Integral de Reciclaje de Aerogeneradores), cuyas instalaciones se ubicarán en el municipio soriano de Almazán. El proyecto contará también con la participación de Posteléctrica Fabricación, del sector del reciclaje de materiales, y Huso 29 Renovables, dedicada a la instalación y mantenimiento de parques eólicos. El objetivo de esta iniciativa es reacondicionar y valorizar el mayor volumen de equipos posible, así como componentes, materiales y turbinas completas para su comercialización posterior. Entre otros procesos, se llevará a cabo la recuperación de la fibra de vidrio en palas, cubrebujes y capotas para reincorporar este material al mercado.
Desde la planta piloto de Almazán, la nueva compañía ofrecerá un proyecto de economía circular, con un servicio completo de desmantelamiento y reciclaje de materiales, tanto de turbinas como de palas, y con la recuperación de componentes y equipos para su reutilización parcial o integral. Como parte de la iniciativa, se están analizando también alianzas con otros proyectos y se buscará replicar este modelo de negocio en otras geografías, con la colaboración de empresas locales y nacionales, así como de las distintas Administraciones.
La retirada de palas suele ser consecuencia de algún siniestro fortuito (caída de un rayo) y las dañadas se reparan siempre que es posible. Para estas ocasiones, los fabricantes y empresas de mantenimiento cuentan con almacenes controlados para su reposición o reparación, según un informe de la AEE. Dado que la reparación no siempre es posible, se hace necesario recurrir a técnicas de gestión de residuos; sin embargo, estas soluciones cuentan actualmente con varios problemas, siendo los principales la dificultad para encontrar colaboradores para el reciclado de forma estable y la inexistencia de una figura a nivel comercial que absorba el volumen generado y lo transforme en un subproducto (reciclado y reutilización), recoge el informe.
Una de las técnicas utilizadas actualmente es el triturado de las palas, para que el material compuesto sea usado como materia prima en la fabricación del cemento. Sin embargo, esto supone una pérdida importante en el valor del material y desaprovechar sus excelentes propiedades mecánicas, por lo que se están investigando y desarrollando tecnologías y materiales que permitan la recuperación del material con la menor degradación posible.
[Esta noticia fue publicada originalmente en El Economista. Lee el original aquí]