Basura electrónica contamina a países africanos más que a los occidentales
Los ciudadanos de países africanos que llegan a Canarias de forma irregular, sobre todo en patera, tienen, con respecto a los residentes canarios, más cantidad de contaminante persistente como son los bifenilos policlorados, y eso sólo puede explicarse por la manipulación de restos de aparatos electrónicos.
Esa afirmación la ha hecho a Efe el médico toxicólogo Luis Domínguez-Boada, director del grupo de investigación en Medio Ambiente y Salud de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, quien ha explicado que muchos países del continente africano se han convertido en los basureros de dispositivos electrónicos obsoletos (e-waste) del mundo desarrollado.
Los bifelinos policlorados son sustancias prohibidas en Europa desde hace decenios y tenían, entre otros usos, el de aislantes de electricidad.
El grupo que dirige Luis Domínguez-Boada investiga desde finales de la década de los años 90 del siglo pasado los niveles de contaminación por compuestos tóxicos persistentes contaminantes presentes en la población humana de Canarias.
También estudia este grupo de trabajo los niveles de contaminación en animales domésticos y fauna del Archipiélago, así como en los alimentos, al ser éstos la principal fuente de contaminantes para cualquier población.
Conclusiones del estudio
Comentó Domínguez-Boada que una de las principales conclusiones de las investigaciones es que “como era de esperar”, en todos los seres humanos evaluados se constata la presencia de contaminantes tóxicos que no se eliminan y que tienen efectos biológicos perjudiciales a largo plazo, por lo que en muchas ocasiones pasan desapercibidos.
Estos contaminantes pueden ser factores de riesgo precursores de patologías muy frecuentes en la población humana tanto de obesidad, como de hipertensión, diabetes y algunas patologías cancerígenas, lo que no quiere decir que las produzcan, sino que son factores que favorecen su aparición.
De ese modo, si una persona tiene, en razón de su carga genética posibilidades de ser obesa y además con los alimentos ingiere contaminantes tóxicos persistentes, tendrá más posibilidades de desarrollar obesidad.
La población más estudiada es la humana de Canarias, pero también han analizado de grupos de inmigrantes que han llegado en patera al archipiélago.
Al estudiar a los inmigrantes observaron que muchos tenían más carga de algunos contaminantes que los ciudadanos de países occidentales, y el origen sólo puede estar en la basura electrónica, señaló el médico toxicólogo.
Indicó Luis Domínguez-Boada que los países africanos se han convertido en basureros electrónicos de occidente, pues se les envían ordenadores y teléfonos móviles que una vez dejan de funcionar son desmontados para quitarles los elementos de valor para ser vendidos.
Los componentes sin valor se desechan y abandonan sin control, pudiendo alcanzar sus componentes tóxicos las aguas de los ríos o los suelos, y desde ahí incorporarse a la cadena alimentaria al ser acumulados por plantas, peces y mamíferos que luego son consumidos por la población.
Baterías y plásticos que tienen una degradación difícil y que al llegar al agua entran en contacto con peces, después con animales mayores y luego en los alimentos, en lo que es una cadena de la que forma parte la especie humana, a la que de ese modo llegan los contaminantes persistentes.
Domínguez-Boada señaló que se trata de una contaminación a niveles muy bajos, pero el problema es que la exposición del ser humano a esos contaminantes es constante desde la etapa prenatal (intraútero a través del líquido amniótico) hasta la muerte, con lo que el efecto tóxico se ejerce durante toda la vida.
Vía: EFEverde
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