Basuras y masificación en espacios naturales protegidos de la Costa del Sol (Barranco Blanco)
Se denuncia la situación que se está generando en determinados ríos situados en las sierras litorales de la Costa del Sol: Río Chíllar, Río Verde, Río Guadalmina o Barranco Blanco son cauces que mantienen su caudal en verano y se convierten en un auténtico reclamo turístico, tal es así que estos enclaves funcionan como auténticos “Parques Acuáticos” sin control. Se denuncia esta situación porque en las últimas semanas debido a las bondades del “turismo fluvial” en la provincia de Málaga.
Se omiten muchos de los problemas que está generando esta inmensa afluencia de personas. A continuación, se desglosan alguno de los mismos. En primer lugar, supone una fuente perturbadora de primer orden para la flora y fauna del lugar, debido al intenso trasiego, a las pisadas, rotura de ramas, ruido, etc. En segundo lugar, numerosos visitantes dejan sus residuos a lo largo y ancho del cauce. Latas de refrescos, bolsas, envases de plástico terminan cerca del cauce, entre la maleza, en los huecos de las rocas y, en el mejor de los casos, dentro de bolsas arrojadas en un punto como si se tratase de un vertedero controlado. Normalmente, los visitantes llegan en vehículos privados motorizados y estacionan en las proximidades de los parajes naturales. No existe ningún tipo de control de acceso. No sabemos quiénes entran, en qué número, con qué residuos, nada. Es importantísimo reseñar un aspecto relacionado con la seguridad y la custodia del territorio. La gran afluencia de visitantes supone comporta un grave problema en relación con los incendios forestales: por un lado, estos visitantes pueden incrementar el riesgo de incendios a través de diferentes vías: acciones voluntarias o involuntarias, residuos, etc; y, por otro lado, en caso de que se produjera un incendio forestal, estos valles se convierten en auténticas trampas ya que sólo tienen una salida fácil, la boca del valle, pues están flanqueadas por escarpadas laderas repletas de vegetación con una elevada potencialidad de ignición. En este punto, ¿qué responsabilidad tendrían las autoridades en caso de una tragedia? No existe control alguno por parte de las autoridades. En las proximidades de Barranco Blanco se inició en 2012 el gran incendio que calcinó más de 8.000 hectáreas. El entorno de de estas sierras arde casi todos los años.
¿soluciones? La primera y fundamental, control de acceso que establezca un número de visitantes máximos por día. Es necesario conocer el número de visitantes, su identificación, los medios en que se desplazan y los residuos que llevan consigo antes y después de entrar. Sería posible autofinanciar puestos de trabajo cobrando dinero por estacionar vehículos u otros conceptos. En otros espacios naturales, de hecho ya se cobra buscando algún subterfugio. Así se hace en El Cañuelo en Maro, donde un vehículo todoterreno baja a las personas y cobra por ello. Así se hará en el Caminito del Rey donde, por cierto, se ha definido la capacidad de carga del paraje.
Autor: Oliver Gutiérrez-Hernández Perfil académico