Belém 2025: el encuentro clave que definirá el futuro del planeta frente a la crisis climática
La ciudad amazónica de Belém, en Brasil, se prepara para ser el escenario principal de los esfuerzos globales contra la crisis climática. En noviembre de 2025, acogerá la COP30, una de las conferencias más relevantes de la ONU en la última década. Este evento no solo pondrá en la mira internacional la región amazónica, sino que también buscará avances en temas cruciales como la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la financiación climática y la protección de los ecosistemas.
Uno de los principales desafíos será reafirmar el compromiso de limitar el calentamiento global a 1,5°C por encima de los niveles preindustriales, un objetivo clave del Acuerdo de París. La mitigación será el eje central de las discusiones, con la expectativa de que los países presenten metas más ambiciosas para reducir sus emisiones. Esto se da en un contexto donde las promesas actuales se consideran insuficientes para frenar el aumento de las temperaturas globales.
La elección de Belém como sede tiene un fuerte simbolismo: la selva amazónica, conocida como el "pulmón del planeta", es un sumidero vital de carbono que ayuda a mitigar el cambio climático. Sin embargo, enfrenta amenazas constantes como la deforestación y la tala ilegal. La COP30 buscará reforzar los esfuerzos para proteger este y otros ecosistemas cruciales, siguiendo las líneas trazadas en las conversaciones de biodiversidad realizadas previamente en Roma.
La eterna disputa por la financiación
El financiamiento será otro punto crítico en la agenda. Los países en desarrollo exigen mayores contribuciones de las naciones ricas para implementar proyectos sostenibles y transitar hacia economías limpias. En la COP29 se logró un avance significativo al triplicar los fondos destinados a estas iniciativas, pero el desafío persiste: la brecha financiera es enorme y se necesitan soluciones creativas, como la tributación verde y el precio al carbono, para cubrir las necesidades estimadas.
La contaminación por plásticos también ocupará un lugar destacado en las negociaciones, con el objetivo de alcanzar un tratado vinculante que regule todo el ciclo de vida de estos materiales. Además, se espera que la Corte Internacional de Justicia emita una opinión consultiva sobre las obligaciones de los Estados en relación con el cambio climático, un hito que podría definir el futuro del derecho ambiental.
La COP30 no solo será una cumbre más, sino una oportunidad histórica para reforzar la cooperación internacional y sentar las bases de un modelo sostenible que proteja tanto a las personas como al planeta.
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