Botellas de agua de forma rectangular para su reutilización como teja
Una botella de plástico, que se transforma en pequeñas tejas de larga vida útil que permiten construir techos de calidad y a bajo costo, pretende convertirse en un material de construcción sostenible con el ambiente.
El canadiense y creador del producto “Agua”, Donald Thomson, aseguró que la idea es una respuesta al problema de contaminación que causa del plástico.“Quería poner valor agregado a un desecho con el fin de obtener bienestar social. Es una regeneración que va más allá de la sostenibilidad. El objetivo no era una botella linda sino un producto constructivo que tuviera otros beneficios”, explicó Thomson, quien reside en Costa Rica.
Se trata de una botella con agua de forma rectangular, que una vez vacía, sus pliegues pueden ser contraídos para que se aplane y se convierta en una teja capaz de apilarse sobre otras. Como producto final se obtiene un bloque que se puede ajustar en el techo de una casa u otros diseños arquitectónicos. Para colocarla como techo el recipiente se engancha en vigas que son sostenidas por medio del cuello de la botella.
“Agua” puede rellenarse con otros materiales reciclables producidos en un proceso que consiste en la pulverización de materiales de desecho como papel o cartón y una mezcla con cemento para fortalecer la estructura. Según su creador, con ese proceso se realiza un “doble aporte ecológico”.
Situación preocupante
"Cada año que pasa es más preocupante porque necesitamos resolver el problema de la contaminación, tenemos que limpiar playas, ríos montañas e idear nuevas maneras para beneficiar al mundo. ‘Agua’ no está reinventando, pero aporta a la sostenibilidad ambiental”. aseveró Thomson.
“Agua” también permite reducir la huella de carbono, ya que su diseño rectangular permite cargar 30 % más botellas en un vehículo que transporte el producto.
La botella, que estará disponible para agencias de viajes y operadores de turismo, contiene agua que se extrae de bosques nubosos costarricenses de las zonas de San Carlos y Zarcero (Zona norte).
La idea del canadiense surgió cuando observó a un grupo de niños que se encontraban limpiando una playa en el Pacífico de Costa Rica y antes de tomar la botella con sus pies la aplastaban para que creara menor espacio.
Thomson cuenta que por un instante creyó que era una teja y desde ese momento se puso a trabajar en un diseño que le tomó dos años en acabar.
Según organizaciones ambientalistas, el problema del desmedido consumo de plástico se debe en buena parte a que el comercio no ofrece otros materiales.
En Costa Rica se desechan cada año cerca de 282 millones de envases de plástico, que llegan a acumularse sobre todo en el mar. Además se estima que el 90 % del plástico fabricado desde 1930 aún está en alguna parte del planeta sin desintegrarse.
Para los ambientalistas una solución inmediata al problema de consumo de envases de plástico es que el material se pueda reutilizar de una mejor manera. La fundadora de la Red de Coordinación en Biodiversidad, Silvia Rodríguez, dijo que iniciativas como “Agua” es una solución “para reutilizar y reciclar todo lo posible”.
Sin embargo, afirmó que “el primer paso es reducir el consumo de los envases de plástico y que las grandes empresas diseñen estrategias para buscar otros materiales y no uno hecho con bases de petróleo”. Rodríguez agregó que reciclar es una “tarea pendiente” de los costarricenses y de las municipalidades, porque se necesita incentivar a la población para que tenga una cultura de separar los residuos.“Es crear conciencia, esto es un proceso de educación que no solo debe estar en las escuelas. Se debe hacer un hacer el esfuerzo para que cada persona se haga responsable de los residuos que produce”, manifestó Rodríguez.