¿Cambiar la B por la C?
"La letra B -biodegradable- se ha quedado obsoleta y no tiene cabida en las conversaciones de sostenibilidad", sostiene Adam Gendell, gerente de proyectos de Sustainable Packaging Coalition de GreenBlue. El problema con la palabra B, escribe en la columna del Packaging Digest, es que a veces biodegradables pueden mejorar la sostenibilidad, pero a veces es un detractor.
¿Dónde hay un producto capaz de biodegradarse en un proceso de compostaje doméstico? En un proceso de compostaje industrial? En la cuneta de la autopista? En un vertedero? Los productores no pueden garantizar que el embalaje va a terminar el ciclo que tienen que seguir para cumplir con la marca de sostenibilidad que el producto requiere, dice Gendell.
Como una alternativa a la palabra B, Gendell sugiere una palabra C: compostabilidad. Esto indica si un embalaje tiene el potencial para un escenario, en concreto, beneficioso para el medio ambiente al final de su vida que implica su descomposición.
"La sostenibilidad no es algo opcional, sino una parte esencial de los negocios para la industria del embalaje" informa Food Production Daily. "Los compradores quieren saber cómo se fabrica un producto, de dónde viene y su reciclabilidad. Comunicar un compromiso con la sostenibilidad en los envases es la clave para atraer y mantener a los clientes", dice el artículo.