Cáscaras de crustáceos para el envase de alimentos
Un equipo de investigación de la Universidad del País Vasco ha demostrado que el quitosano, elaborado con cáscaras de crustáceos, sirve para envasar alimentos, en sustitución de los envoltorios hechos con derivados del petróleo.
Según han informado hoy fuentes de la UPV/EHU, la investigadora Itsaso Leceta ha demostrado en un trabajo que las películas de quitosano son eficaces para mantener algunas propiedades de las zanahorias y para prolongar su conservación, además de ser menos nocivas para el medio ambiente que las de plástico.
Las mismas fuentes han recordado que los alimentos se recubren con películas de plástico para que duren más y para protegerlos de los microbios, pero el medio ambiente se ve seriamente afectado por el uso de dicho material.
En concreto, se necesitan entre 100 y 400 años para la degradación de las bolsas y películas de plástico, por lo que la búsqueda de materiales alternativos a los plásticos derivados del petróleo es “una prioridad medioambiental”, han indicado.
Sin embargo, con el quitosano, que se elabora con las cáscaras de las gambas, langostinos y demás crustáceos, el medio ambiente se beneficia del aprovechamiento de esos materiales y, además, el producto resultante es biodegradable.
Leceta puntualiza que, aunque “el film de quitosano es mejor que el de plástico” desde un punto de vista medioambiental, ello no significa que no contamine, ya que “la manufactura del quitosano, al contrario que la producción de los plásticos convencionales, no se ha optimizado todavía”.
“Cuando se optimice, se reducirá aún más su impacto ambiental”, según la investigadora, partidaria de seguir trabajando con el objetivo de disponer, al igual que sucede con las energías renovables, de varias opciones alternativas al uso de materiales derivados del petróleo.