China transformará los residuos radiactivos en uranio en un ciclo infinito
China afirma haber desarrollado un nuevo sistema que resuelve el problema de los residuos radioactivos de las centrales nucleares, convirtiéndolos de nuevo en combustible apto para esas mismas centrales. Los investigadores del país asiático aseguran que su tecnología crea un ciclo infinito para el uranio y consigue la eliminación de los residuos radiactivos, el gran problema de la energía de fisión nuclear.
“Es una revolución de la energía nuclear”, apuntan los analistas Thomas Corvette y Peter Singer en la publicación de análisis militar y geoestratégico Defense One. Y es el “producto de la enorme inversión de China en sistemas avanzados de energía nuclear, el avance podría llevar al país hacia la independencia energética y consolidar aún más su liderazgo mundial en tecnología respetuosa con el clima”, aseguran. En un estudio publicado por el Instituto de Física Moderna —dependiente de la Academia China de las Ciencias, una de las más respetadas y principales organizaciones de investigación científica del planeta— los responsables del proyecto afirman que la tecnología lleva en desarrollo 10 años, tiempo en el que han solucionado múltiples retos científicos.
Según los investigadores, su sistema consiste en un acelerador lineal de partículas de gran potencia, un cañón que dispara un haz de protones de onda continua de 10 mAh. Los científicos chinos aseguran que es la primera vez en la historia que se ha conseguido algo así, incrementando “la intensidad de la corriente de haz continuo en casi cinco veces en comparación con los mejores del mundo”. El prototipo, dicen, ha funcionado de forma constante con una potencia estable de 100 kilovatios y picos de 205 kilovatios durante 100 horas. Pero este cañón de protones es solo el primero de tres componentes. El haz se dispara sobre un objetivo, la segunda parte del sistema, que contiene un elemento pesado que, según Corvette y Singer, es muy probablemente bismuto rodeado de una capa de material fisible como torio-232 o uranio-239.
Al impactar los protones contra este objetivo, se liberan neutrones que van a parar a un reactor subcrítico, un reactor de fisión que no alcanza el punto crítico de un reactor nuclear estándar. En este punto está el residuo nuclear que absorbe los neutrones para convertirse de nuevo en uranio fisible. El proceso no alcanza el nivel de criticalidad de una reacción en cadena, afirman. Sencillamente, termina y deja el combustible listo para cargarse en una central nuclear. Cuando este vuelva a consumirse, el residuo se vuelve a pasar por el nuevo sistema y así de forma infinita con un gasto mínimo de nuevo combustible y energía adicional necesaria para hacer funcionar el acelerador de protones.
Ahora mismo, China afirma que tendrá la primera central de fusión que conectada a la red eléctrica nacional en 2035, antes de conseguir la fusión comercial a gran escala en 2050. Aunque está por ver si esto será así, lo cierto es que están decididos a hacerlo realidad e invirtiendo lo que haga falta. En paralelo, están llevando a cabo inversiones similares en centrales solares, eólicas e hidráulicas, la última una de las centrales más grandes del mundo, que está siendo construida enteramente por robots. Para 2035 también tendrán 150 nuevos reactores nucleares construidos con una inversión total de 440.000 millones de dólares. Aunque China acaba de encontrar uno de los mayores depósitos de uranio del planeta, el reciclaje efectivo del uranio será clave para estas centrales y obtener la independencia energética de otros países, especialmente del crudo árabe.
[Esta noticia fue publicada originalmente en El Confidencial. Lee el original aquí]