Cuatro asociaciones intentan difundir las ventajas de la gestión de residuos
El director de proyectos de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), Eduardo Abad, afirma que las empresas que utilizan correctamente el reciclaje pueden obtener rentabilidad. Esta es una de las asociaciones que han puesto en marcha esta iniciativa y ha realizado un proyecto para asesorar sobre la gestión verde de los residuos. Por su parte, la Asociación de Industrias de Medio Ambiente (Aclima) también intenta potenciar la obtención de ingresos alternativos. Su proyecto se basa en la facilitación de información sobre la rentabilidad económica a partir del aprovechamiento del suelo de vertederos clausurados e instalaciones industriales de tratamiento de residuos. Tal y como exponen, su meta es fomentar la energía solar fotovoltaica en terrenos que ya no tendrían actividad. Las ventajas son dobles: por un lado supone un ingreso para los propietarios y por el otro se reducen las emisiones de efecto invernadero. Se calcula que por cada 100 kilovatios fotovoltaicos instalados, se evita la emisión de unas 1.500 toneladas de CO2. Los objetivos de la Asociación Técnica para la Gestión de Residuos (Ategrus) van encaminados a la formación, tal y como se ha reflejado en gestoresderesiduos.org en diversas ocasiones. Así, la entidad ha iniciado un plan para incrementar la cualificación de los trabajadores del sector de los residuos o para la mejora de las instalaciones. Según señala Iker Uribarri, del departamento técnico de la asociación, se busca que los profesionales conozcan los beneficios del reciclaje. La Asociación de Empresas Gestoras de Residuos (Asegre) dedica sus esfuerzos a la creación de una herramienta para que las empresas calculen las emisiones que realizan. Según señalan algunos estudios, cada tonelada de aluminio reciclada evita la emisión de entre siete y 11 toneladas de CO2. La aplicación estará disponible en la web a finales de 2011. El secretario general de Asegre, Luis Palomino, ha indicado que esta herramienta se usa ya en otros países europeos como Francia, Reino Unido o Alemania. En un inicio se ha desarrollado con intención informativa, aunque podría funcionar en el futuro como valoración de la huella de carbono en las compras públicas.
Via Publico Madrid