Descorazonadoras cifras de reciclaje en Río de Janeiro
La ciudad brasileña de Río de Janeiro acogerá la próxima conferencia de la ONU sobre el desarrollo sostenible y, sin embargo, apenas recicla el 3 por ciento de los residuos que genera (252 toneladas de las 8.403 que se generan diariamente). Los datos oficiales apuntan a que la Comlurb (Compañía Municipal de Limpieza Urbana) recicla solamente 22,68 toneladas, el 0,27 por ciento. El 2,73 por ciento restante es a cargos de recolectores autónomos o de cooperativas especializadas en el reciclaje.
Ante esta situación, esta urbe que será sede de la final del Mundial de Fútbol del 2014, los Juegos Olímpicos de 2016 y la importante reunión de la ONU en junio, queda lejos de las metrópolis desarrolladas que no desperdician sus recursos naturales. En comparación, las principales capitales europeas recuperan, de media, el 40 por ciento de sus residuos.
Los motivos por los que Río de Janeiro no recicla son muchos, empezando por la inoperante colecta selectiva. En 2002, el Ayuntamiento implantó un sistema de recogida de la basura para reciclarla que no termina de calar entre la población. De los 160 barrios de la ciudad, solamente 41 son atendidos cada semana por el camión de reciclaje de la Comlurb y, aún así, por falta de presupuesto, la colecta se reduce a algunas calles.
Las bajas cifras actuales se presentan más en la zona sur (40 por ciento) y oeste (42 por ciento) que en la norte (18 por ciento), la más pobre. Además, la empresa municipal no hace reciclaje en las favelas (barrios marginados), lo que excluye de los datos a casi el 35 por ciento de la población de Río. Para solucionarlo, el Ayuntamiento firmó el año pasado un acuerdo con el Banco Nacional del Desarrollo Económico y Social (BNDES), que cuenta destinar 50 millones de reales (28 millones de dólares) en la construcción de seis naves industriales para la separación de las materias reciclables.
A cambio, el Ayuntamiento de Río de Janeiro se comprometió a comprar 15 camiones más para recoger la basura de la ciudad, pasando de los 41 barrios que reciben el servicio a los 120. Con ello, el porcentaje de reciclaje en la ciudad carioca debe pasar del 2 al 5 por ciento.
Últimamente, la presidenta de la Comlurb, Angela Fonti, afirmó que los bajísimos índices se deben a la falta de una campaña de concienciación de la población, además de que muchas personas que quieren reciclar no disponen de un servicio de recogida cercano. Asimismo, indicaba que se debe legalizar el mercado.
La falta de políticas municipales de reciclaje llevó el Gobierno Federal a reclamar una acción concreta de los municipios, exigiendo que presentasen, hasta el mes de agosto, una propuesta para adecuar una ley que implantó la Política Nacional de Residuos Sólidos. La ciudad que no lo aplique, dejará de recibir inversiones del Gobierno.
"Igual que ocurre con Sao Paulo y Brasilia, Río de Janeiro necesita dar una respuesta a la cuestión del reciclaje, porque tendrá además un gran poder multiplicador en el país. En el caso de Río, la necesidad aumenta debido a los grandes eventos que habrá, como la Río+20, el Mundial y los Juegos Olímpicos. El Ayuntamiento tiene de tiempo hasta agosto para establecer unas metas concretas en el tema del reciclaje", aseguró Nabil Bonduki, secretario de Recursos Hidráulicos y Ambiente Urbano del Ministerio de Medio Ambiente de Brasil.
De momento, el ente local de la ciudad ha implantado un decreto que exige el reaprovechar los residuos de todas las obras. La ciudad es uno de los grandes centros productores de plástico del país, sin embargo, las compañías no se responsabilizan del destino final del material. La falta de eficiencia en el reciclaje es, según la Comlurb, provocada por una ausencia de inversiones en los tres niveles de gobierno.
"En 1994, llegamos a tener 20 cooperativas de reciclaje en los barrios, pero ya no queda ninguna. El reciclaje sólo da algún dinero a los recicladores que viven en la calle. El precio del producto reciclado acaba saliendo más caro que la materia primera virgen. Sin las ayudas del Gobierno, el sistema no funcionará", señaló el responsable de Técnica Industrial de la Comlurb, José Henrique Penodo, que se preguntaba por la intención de Brasil en invertir en este sector.
Río de Janeiro cuenta con 30 leyes en vigor relacionadas con el aprovechamiento de los residuos, lo que muestra que no es por falta de leyes que el reciclaje no cuaja en la ciudad. Una de las claves de la poca concienciación popular se podría buscar en las escuelas: de las 1.357 que hay públicas en todo el estado, apenas 361 (el 26 por ciento), practican el reciclaje diario.