La peor parte de organizar una fiesta es la basura que hay que recoger al otro día. Aunque existe la posibilidad de no utilizar desechables usando los mismos alimentos como recipientes, seguramente para muchos no es cómodo o funcional. Esto fue lo que Hélène Hoyois y Thibaut Gilquin tomaron en cuenta para crear una vajilla totalmente comestible.

En una reunión de la universidad donde Hélène cursaba diseño propuso "¿Y si nos comemos los platos para no tener que lavarlos?" Así arrancó Do Eat, un proyecto que fomenta un gesto ecológico muy simple: luchar contra los desechos producidos por los recipientes de plástico.

Los recipientes están compuestos de fécula de patata, agua y aceite, pero son lo suficientemente resistentes como para añadir salsas de todo tipo de aderezos al preparar los alimentos y se pueden meter en el horno. El sabor es neutro y combina con ingredientes dulces y salados. Son biodegradables por que se consumen en el momento.

Aunque al principio Hoyois y Gilquin tuvieron que invertir de sus ahorros, tiempo después recibieron un financiamiento por parte de Valonia Creativa, un proyecto con el que la Comisión Europea (CE) y el Gobierno valón destinan un millón de euros a las nuevas empresas de la región.

Y aunque esta innovadora idea es en sí excelente, los diseñadores no piensan detener su alcance en la venta de platos; sino expandir su mercado por medio de otros artículos amigables con el medio ambiente.