Dos investigadores analizan los suelos de vertederos sellados hace dos décadas
En los vertederos, los residuos están en contacto directo con el suelo y cuando llueve, el agua produce lixiviados - al disolver los elementos, tanto orgánicos como inorgánicos, presentes en las basuras- que se filtran y pasan a formar parte del suelo. Estas sustancias contaminantes acaban incorporándose a la cadena trófica mediante las herbáceas de pasto que crecen en dichos suelos y que son consumidas por el ganado doméstico, las especies cinegéticas y el resto de fauna silvestre.
Para analizar la calidad de los suelos se utilizan, entre otros, los estudios de los organismos que viven en ellos. Además de las plantas, los nematodos son uno de los grupos más empleados. Estos gusanos microscópicos son un excelente bioindicador porque son muy abundantes -un metro cúbico de suelo puede llegar a contener 30 millones de individuos-, están por todas partes y se recogen sencillamente.
En relación a esta situación, un par de expertos del Museo Nacional de Ciencias Naturales y de la Universidad de Alcalá de Henares han estudiado la presencia de metales pesados, sales y otros componentes orgánicos en 15 antiguos vertederos de la Comunidad de Madrid sellados hace 20 años. Además, se ha investigado la diversidad de plantas y nematodos en el suelo de los mismos y en los pastizales que los rodean.
Los análisis, publicados en la revista Journal of Environmental Management, señalan que hay presencia de metales pesados como el cinc, cobre, cromo, níquel, plomo y cadmio en los suelos; sales como cloruros, sulfatos y nitratos en suelos y agua; y elevados niveles de contaminantes orgánicos como hidrocarburos aromáticos y alifáticos, e insecticidas como el lindano, detectados en los suelos. El caso de la última sustancia se han registrado niveles preocupantes en relación a los recomendados para los organismos terrenos.
Además, la mitad de las muestras de agua analizada mostraron una valores de demanda química de oxigeno muy altos. También se detectaron trazas de compuestos fenólicos, algunos con elevados niveles de 2-clorofenol y pentaclorofenol.
Jesús Pastor, del Museo, apunta que se ha registrado "una diversidad muy baja de plantas y nematodos, probablemente debido a la presencia de estos contaminantes; de hecho, la diversidad es incluso inferior a la registrada en otros ecosistemas degradados de la zona". Según Pastor, "estos factores condicionan la revegetación de estos suelos y la recuperación de las laderas y ecosistemas terrestres de sus áreas de descarga".
Vía Uviteco
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Alcalá de Henares, Madrid