La compañía española ECOALF quiere demostrar al consumidor que los productos reciclados pueden ser igual de potentes a nivel de calidad y diseño que uno no reciclado y desvincularlos totalmente de la idea de “reciclaje cutre o hippy”.

Javier Goyeneche, fundador de Eocalf asegura: “Yo no reciclo la colcha de mi abuela para hacerme una mochila, no.  En Ecoalf  fabricamos los tejidos de las nuevas generaciones, con los que ser crean productos de calidad y con un buen diseño, que son igual de cool que los no reciclados y que no son más caros”.

La firma produce plumíferos, prendas de abrigo, bolsas, mochilas, zapatillas, camisetas, sudaderas, bolsos fundas, neceseres y pulseras de gran calidad y cuidado diseño. Y se fabrican a partir de tres materiales: botellas de plástico, redes de pesca y restos de café. En cada uno de sus productos explican los materiales que se han utilizado.

La innovación es la clave de esta empresa, trabajan con la basura por conciencia ecológica y donde los demás vemos basura, ellos ven materias primas. Viajan por todo el mundo investigando qué se está haciendo en el campo de los tejidos reciclados. En Taiwan encontraron su primera alianza. Asegura su fundador: “Encontré una señora maravillosa y sensible  que había empezado a reciclar botellas de plástico para hacer alfombras; sus fibras eran increíbles. Con ella creamos nuestra primera fábrica. Después vinieron las redes de pesca, que duran menos de tres años y están hechas del mejor nylon que existe”.

Así hasta las 11 alianzas con las que cuentan actualmente: lana en México, algodón en Portugal, redes de pesca en Corea, botellas de PET en Taiwan,  neumáticos en España, etc.  Y la filosofía es: “donde reciclamos, fabricamos. Es complicado a nivel de logística, pero por un tema de coherencia con la huella de carbono tiene que ser de este modo. Así que buscamos otro fabricante de prendas cerca del fabricante de tejidos y empezamos a producir”.

Aseguran que la basura es inherente al ser humano, que podemos esconderla debajo de la Tierra, quemarla o darle un uso positivo. Ellos han apostado por darle un uso positivo. Utilizarla para la creación de otros artículos. “Consumimos hasta siete veces más recursos de los que el planeta puede generar”. ¿Quedará algo en 2050 cuando la población se haya duplicado sobre la Tierra?”.