Economía circular en tu vida diaria: ¿por donde empezar?
La economía circular es uno de los conceptos clave en la transición climática. Sin embargo, como todo concepto, a veces es complicado pasarlo a la práctica, en especial cuando se trata del ámbito privado, como el hogar.
En los debates sobre sostenibilidad con frecuencia se menciona el término «economía circular». Observamos cómo empresas textiles la adoptan para reducir su huella en la industria, cómo algunos innovadores reutilizan objetos para darles un nuevo uso, e incluso proyectos que rescatan piezas de vehículos usados para agregarles valor en el mercado. Sin embargo, si bien las transformaciones en algunos sectores son más intuitivas y fáciles de adoptar, existen lugares en los que necesitamos mayor ingenio.
La Ellen MacArthur Foundation define la economía circular como «un sistema económico en el que se eliminan los residuos, todo se utiliza al máximo valor posible durante el mayor tiempo posible y los sistemas naturales se regeneran».
El concepto de circularidad está íntimamente relacionado con los ciclos naturales, en los que no existe la noción de desperdicio porque todo termina siendo útil. Así, esta propuesta sistémica busca implementar estrategias que sigan esta efectividad y que se repliquen de igual manera en los procesos sociales.
El desperdicio es, por tanto, el enemigo a combatir. Según el Circular Gap Report 2024, la economía circular se está volviendo más popular, pero no está dando resultados. Prueba de ello son datos como que el uso de materiales secundarios consumidos por la economía global ha disminuido del 9,1 % en 2018 al 7,2 % en 2023, es decir, una caída de 21% en cinco años.
Existen tres valores principales en la economía circular: reciclar, reutilizar y reducir. El primero se refiere a utilizar un excedente u objeto y darle una nueva vida; el segundo en usar múltiples veces el mismo producto u objeto para optimizar su uso; y el tercero insiste en la necesidad de dejar de fabricar y/o emplear materiales que no necesitamos.
Sin embargo, como hemos visto, esto no es suficiente. Por ello, algunas empresas han abogado por enfoques más completos impulsando las 9 R (reducir, reutilizar, reciclar, rediseñar, recuperar, reparar, rechazar, remanufacturar y restaurar). Así, no solamente se abarcan espacios que quedaban difusos con las tres erres iniciales, también se centra en comprender la complejidad y diversidad de aplicaciones y oportunidades.
5 tips para hacer tu vida más circular
Si bien la acción siempre se centra en la escala macro, para hacer partícipe a la mayor parte de la población se necesita también tener en cuenta qué se puede hacer desde la intimidad del hogar. Aquí van 45pasos relativamente sencillos para empezar a cambiar hábitos:
- Reciclar correctamente mediante la separación de los residuos en los contenedores correspondientes. Si se quiere dar un paso más en favor del reciclaje en casa se pueden compostar los residuos orgánicos a partir de composteras individuales o comunales con la comunidad de vecinos.
- Reducir el consumo de plásticos, elegir, en la medida y capacidad de cada hogar, productos de mayor calidad y durabilidad.
- Racionalizar el consumo de energía y agua. Utilizar bombillas LED, apagar las luces cuando sea necesario, cerrar bien los grifos o instalar sistemas de doble pulsador en la cisterna del WC ayudarán a reducir gastos y a tomar conciencia de nuestra huella ambiental en los gestos cotidianos.
- Adquirir productos de segunda mano, ya que contribuyen al máximo aprovechamiento. También se pueden impulsar dinámicas de préstamo o intercambio de productos como herramientas, ropa o libros.
- Apoyar a empresas y marcas sostenibles comprometidas con la circularidad.
[Este contenido ha sido reelaborado a partir de MAPFRE]