Si así fuese, el ejecutivo autonómico tendría que elaborar un nuevo Plan de Residuos Sólidos, abriendo posibilidades para ampliar sogama o crear una nueva planta en el mismo municipio.

García Liñares afirmó que "si la Xunta no encuentra ningún ayuntamiento en Ourense o en Pontevedra que quiera la planta de tratamiento de residuos, hay vía libre para hacerla en Cerceda". Así, también reconoció que ya se vive el peor escenario, que es el envío al vertedero de forma directa, sin ningún tipo de tratamiento ni aprovechamiento, de 350.000 toneladas de basura al año, al encontrarse colapsada la incineradora de Sogama.

El alcalde de Cerceda insiste en que el coste del transporte de la basura del sur de Galicia a Cerceda no es un obstáculo insalvable, debido a que las tasas por el tratamiento de residuos se cobra de una forma solidaria, repartido entre todos los concellos de la comunidad, independientemente de la distancia a la que se encuentren de la planta de tratamiento. Además, la opción de añadir la instalación en Sogama tiene la ventaja de contar con terrenos disponibles sin tener que recurrir a expropiación o adquisición alguna.

Con todo, el presidente de la Diputación de Ourense, Manuel Baltar, no se resigna a perder la infraestructura, por el suculento paquete de inversiones compensatorias que lleva aparejado, cifrado en 5 millones de euros anuales por el regidor de Cerceda, además de en torno a 800.000 euros en impuestos en cada ejercicio.

García Liñares afirma que el rechazo a estas plantas nace de su desconocimiento. En el caso de que la Xunta opte por la ampliación de Sogama o la creación de otra planta en Cerceda, para tratar un millón de toneladas de basura al año, quedarían cubiertas las necesidades de Galicia para un período de quince años, según las previsiones del alcalde de Cerceda. Y el margen se podría ampliar hasta los 20 años si lleva aparejado un buen plan de reciclaje.