El compost de los municipios de la Mariña lucense gallega calificado como excelente
Análisis científicos realizados por la Universidad de Santiago de Compostela califican de “excelente” el compost obtenido en los municipios que conforman la Mancomunidad de la Mariña lucense y que desde hace más de medio año participan en el programa de autocompostaje liderado por Sogama.
Fue en el primer trimestre del 2014 cuando, tras el programa de compostaje doméstico que llevaron a cabo de forma experimental las localidades de Alfoz, Barreiros, Cervo, Trabada y Lourenzá, Sogama y la Mancomunidad de la Mariña lucense acordaron extenderlo a los quince ayuntamientos que la conforman con el fin de que éstos pudiesen comprobar por sí mismos sus beneficios ambientales y económicos.
De esta forma, se procedió al reparto de más de medio millar de compostadores de 360 litros de capacidad entre otras tantas viviendas para que pudiesen fabricar su propio compost y utilizarlo como fertilizante natural en sus huertos y/o jardines. Para ello, se diseñó un cuidadoso programa de actuaciones en el que se definieron los pasos a seguir y que tuvo como resultado un compost de muy buena calidad que cumple con los parámetros recogidos en la legislación vigente para ser aplicado de forma directa, y sin restricciones, en la agricultura.
Protocolo
Tras la designación de los denominados “maestros compostadores”, personas al servicio de los concellos con dotes comunicativas y de plena confianza para los vecinos, se procedió a la selección de las viviendas que participarían en el programa, requiriéndose para ello que tuviesen carácter unifamiliar y que dispusiesen de terreno para aplicar el abono resultante del proceso.
Tras las distintas jornadas de formación y tras la dotación, por parte de Sogama, de los medios materiales y divulgativos, los “maestros compostadores” asumieron la instrucción de los participantes en la iniciativa, proporcionándoles las claves para llevar a cabo un trabajo de calidad: ubicación estratégica del recipiente (en contacto directo con la tierra para facilitar el acceso de los organismos descomponedores y preferentemente en una zona sombreada y protegida de los cambios bruscos de temperatura, de fácil acceso y próxima a la vivienda), residuos a depositar en el mismo, control de elementos tales como la temperatura y la humedad, etc.
Asimismo, se encargaron de realizar el 80 por ciento de las visitas de seguimiento “casa por casa” para comprobar la labor de los usuarios, corregir errores y solventar todas las dudas presentadas. El 20 por ciento restante recayó directamente en Sogama, interesada igualmente en obtener información de primera mano sobre la acogida y desarrollo del programa en los distintos hogares.
En noviembre de 2014, y transcurridos más de seis meses, Sogama procedió a la toma de 24 muestras de compost para que fuesen estudiadas por el grupo GI 1648: Sistemas Silvopastorales del Departamento de Producción Vegetal de la USC, donde se analizaron, entre otros, parámetros tales como pH, humedad, relación carbono/nitrógeno y nutrientes, estando todos ellos dentro de la normalidad. No obstante, en el caso de los porcentajes de humedad, éstos resultaron un poco elevados debido a que la recogida de abono se realizó en época de lluvias intensas.
En cuanto a la presencia de metales pesados, estos fueron bajos, lo que viene a confirmar la buena separación realizada en origen. Es por ello que, en el marco de la normativa vigente, el compost fue calificado como clase A, toda vez que valores de cobre, zinc, cadmio, plomo, cromo y níquel cumplen con los límites establecidos por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Conclusiones
Tal y como se recoge en el informe final, la participación y la motivación del vecindario participante en el proyecto fue muy elevada, al igual que importante fue la implicación de las corporaciones locales, ensalzando la labor realizada por sus técnicos, extremo que favoreció en buena medida el correcto desarrollo de la iniciativa.
La reducción de residuos fue una realidad constatada en cada hogar, donde se cerró el ciclo de reciclaje de la materia orgánica generada e instauró hábitos de gestión más sostenibles que, sin lugar a dudas, se mantendrán en el tiempo.
Beneficios
Los beneficios del programa de compostaje doméstico promovido por Sogama son hoy incuestionables desde la dimensión ambiental, económica y social, toda vez que posibilita que los ayuntamientos puedan reducir la frecuencia de recogida y transporte, disminuyendo las emisiones de CO2, al tiempo que entregan menos desechos a Sogama, lo que les permite aminorar en gran medida el importe de la factura que deben pagar a esta empresa pública.
Además, se disminuye la frecuencia de los desplazamientos que los ciudadanos deben realizar a los contenedores genéricos, por lo general distanciados de las viviendas en el medio rural debido a la elevada dispersión de la población.