El desmantelamiento de buques europeos envenena las playas de Asia
Durante el pasado año, más de 1.300 buques han finalizado su actividad, pero sólo una pequeña minoría de ellos se gestiona de una forma segura y sostenible al final de su vida útil. Aproximadamente dos tercios de os barcos simplemente terminan varados en las playas de la India, Bangladesh o Pakistán.
Las ONG de Europa, Norteamérica y Asia del Sur trabajan para que los gobiernos de estos países dedicados al despiece de buques sean responsables y exijan que se sigan las normas ambientales establecidas. La mala formación de los trabajadores y la escasez de medidas de seguridad y equipos de protección hacen que los accidentes se sucedan y la exposición a sustancias peligrosas constituye una grave amenaza para los trabajadores. Las cifras de muertes y enfermedades convierten este trabajo en uno de los más peligrosos en sitios como Bangladesh.
Dos de los principales problemas son los materiales tóxicos y peligrosos que existen en las estructuras de los barcos y el hecho de que el desmantelamiento se realice en las playas. Mientras esta actividad se realice en playas arenosas o con barro, será imposible hacer una gestión adecuada de los residuos peligrosos y de los agentes contaminantes, ya que dificulta las medidas de contención, impide el uso de equipos pesados para elevar las piezas y hace muy difícil el acceso a vehículos de emergencia.
La Convención de Basilea sobre el control de los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación, reserva un espacio específico para el despiece de buques en el que propone desarrollar esta actividad en zonas estables alejadas de las playas. Aunque los países del sur de Asia han firmado el tratado, no se ha producido ningún cambio estructural.
Otros países, como Turquía o China, utilizan métodos más seguros y limpios para el reciclaje de las piezas de buques. En Turquía los barcos se sacan parcialmente a tierra y luego se desmantelan con la ayuda de grúas flotantes y terrestres. Las piezas de metal se cortan en una plataforma impermeable para evitar que los agentes contamiantes puedan escapar y contaminar el agua o la arena. En China, los buques se amarran a puerto y las gruas los desmantelan de arriba a abajo. Cuando sólo queda la parte inferior izquerda se aísla con el fin de evitar derrames. Por último, también existe la posibilidad de utilizar un dique seco para el reciclaje de barcos. Este método es más seguro y limpio, aunque los armadores suelen preferir métodos más económicos.
Las estructuras de los barcos contienen materiales tóxicos como el amianto, metales pesados, compuestos orgánicos de estaño tributillo (TBT) extremadamente tóxico, hidrocarburos policíclicos (HAP), dioxina y restos de combustión entre otros muchos materiales peligrosos. Si estas sustancias se liberan al medio ambiente, contaminan el agua del mar, la arena y el aire.
Un informe realizado por el Banco Mundial en 2010 sobre la industria del reciclaje y desmantelamiento de barcos en Bangladesh y Pakistán alerta de una contaminación generalizada del suelo en estos países y las aguas, con depósitos de cadmino, cromo, plono y mercurio, y advierte que el amianto y los PCBs todavía son un problema significativo a largo plazo.
Además, los investigadores estiman que Bangladesh acumula millones de toneladas de residuos peligrosos procecentes del despiece de buques entre los años 2010 y 2013, incluyendo 79.000 toneladas de amianto, 240.000 toneladas de PCBs, principalmente de cables, 210.000 toneladas de sustancias que agotan el ozono, 69.200 toneladas de pinturas que contienen pesada metales, OTC y PCBs, 678 toneladas de metales pesados, casi dos millones de metros cúbicos de residuos orgánicos líquidos y un millón de toneladas de otros residuos peligrosos.
En el marco del Convenio de Basilea, los buques al final de su vida se consideran residuos peligrosos. Por tanto, su movimiento transfronterizo debe ser notificado previamente y debe ser reducido entre los países desarrollados y en desarrollo. La Unión Europea ha transpuesto además una Enmienda de Prohibición que impide toda exportación a países en desarrollo, por lo que ningún barco europeo al final de su vida útil debe llegar a una playa en el sur de Asia. Sin embargo, los armadores consiguen eludir la ley al no informar a las autoridades sobre su intención de vender un barco y lo entregan una vez que están fuera de la UE o en alta mar.
A pesar de las leyes internacionales, la realidad es que la mayoría de los buques inservibles acaban en instalaciones deficientes. En 2012 la CE publicó una propuesta de reglamento sobre el reciclaje de buques en el que se indica que las instalaciones para el desmantelamiento de barcos que lleven la bandera de la UE serán elegidas por la UE para asegurarse de que son compatibles con las medidas de seguridad y de protección del medio ambiente. Estas medidas han sido fuertemente criticadas por la Plataforma de Desguace de Buques, ya que no introduce incentivos económicos por elegir un reciclaje responsable y las ONG temen que esta regulación sea una invitación a que los armadores pongan las banderas a los barcos según su conveniencia.
Desde entonces, bajo el principio de "el que contamina paga", el Parlamento Europeo ha debatido diferentes modelos para la creación de un fondo financiado por los que utilizan los barcos durante su vida útil y así poder incentivar el tratamiento adecuado de los buques cuando se retiran de la actividad. Se ha planteado que los buques que hagan escala en puertos de la UE paguen una tasa para ese fondo y que luego el fondo ayude económicamente a los armadores a deshacerse de sus navíos. El Parlamento estima que el fondo tendría que pagar entre 20 y 50 € por tonelada para cubrir la diferencia de precios para el reciclaje seguro de modo que la tasa para los buques que hacen escala en puertos de la UE para apoyar un fondo de ese tipo tendría que estar en un rango de 0.01 a 0.025 € por tonelada bruta. Todos las miradas están puestas ahora en la Comisión Europea, encargada de desarrollar un modelo más detallado para crear un mecanismo financiero que permita el reciclaje limpio y seguro de los buques.