El planeta generará 6 millones de toneladas 'diarias' de residuos en 2025
Según el informe del Banco Mundial que lleva por nombre “What a waste: A Global Review of Solid Waste Management”, la generación de basura pasará de 3,5 millones de toneladas diarias en 2010 a cerca de 6 millones en el 2025. Y ello es así porque, tal y como asegura este ente, a medida que avanza la sociedad y se incrementa la población en las ciudades, los residuos urbanos producidos se multiplican de forma exponencial, requiriendo para ello de políticas adecuadas que permitan llevar a cabo una mejor gestión de los mismos, impulsando su reciclado y valorización, tanto material como energética.
Según datos publicados por Eurostat, España todavía vierte más del 60 por ciento de los desechos que produce, una cifra insostenible desde la dimensión de la sostenibilidad. Sus tasas de reciclado, todavía bajas, se encuentran en el entorno del 17 por ciento, al igual que sus niveles de recuperación energética, que llegan escasamente al 10 por ciento.
Todo lo contrario a lo que sucede en los países del norte de Europa, que precisamente son los más avanzados y comprometidos con el medio ambiente, donde los elevados índices de reciclado e incineración con recuperación de energía han hecho posible que menos del 5 por ciento de los residuos sean depositados en vertedero, con las consiguientes ventajas ambientales.
Galicia
En el caso de Galicia, la generación de desperdicios ha bajado de forma considerable, descendiendo de 1,2 kilos por habitante y año a 1,05. Tanto es así que, si bien en el plan autonómico de gestión de residuos urbanos 2010-2020 se incluye una reducción de la producción del 10 por ciento para dentro de seis años, lo cierto es que, a día de hoy, este porcentaje ha sido incluso superado, situándose en aproximadamente el 14 por ciento.
El objetivo de la Xunta es seguir avanzando en esta línea y llegar a disociar el crecimiento económico de la generación de desechos, logro sólo alcanzable si hay un compromiso real por parte de todos en adoptar prácticas de consumo responsables que permitan producir menos basura, alargar la vida útil de los productos y participar activamente en el sistema de recogida selectiva, depositando las distintas fracciones de materiales en los contenedores habilitados para tal fin en las vías públicas. Sólo así se podrá posibilitar su posterior reciclado y, por tanto, su transformación en nuevas materias primas.
En el marco de la conocida como “economía circular”, entendida como aquélla que apuesta firmemente por la conversión de los desperdicios en recursos de utilidad, cerrando el ciclo de su aprovechamiento, la Comisión Europea ha propuesto que el 70 por ciento de los desechos urbanos y el 80 por ciento de los envases sean reciclados en el 2030; un objetivo calificado de muy ambicioso por parte de diversos sectores y que requiere de cambios sustanciales en las políticas ambientales implantadas por los Estados miembros, especialmente los del sur y los de nueva incorporación a la Unión Europea.