Esta es la historia de una diseñadora, Rachael Hatley, residente en Louisiana (EEUU), que harta de la basura que se acumulaba a lo largo de la carretera frente de su propiedad, no se le ocurrió mejor idea que transformarla en grandes letras que, colocadas en espacios abiertos, formasen palabras con el objetivo de concienciar a los que pasan por allí. Es el proyecto de las “Letras Basura”.

“The Litter Letter Project” nace como proyecto en 2013, dentro de la tesis que Rachael presentó en el Vermont College of Fine Arts. El foco principal de la investigación se centraba en el uso del diseño gráfico como herramienta para el cambio de comportamiento. Y esto, llevado a la práctica tomó la forma de un sistema de letras tridimensionales: estructuras construidas a partir de alambre y barras de refuerzo que se van llenando con basura recolectada de los más dispares lugares. Si Rachael se centró para su primer desarrollo en basura recolectada de carreteras y autopistas, otros han construido sus letras con los residuos encontrados en ríos, o en los alrededores de ciudades, de universidades, colegios, etc.

Al mostrar estos mensajes visuales a gran escala en lugares públicos se busca provocar la respuesta, el pensamiento y la acción. Lo que comenzó de una forma muy local se vio pronto respaldado por un grupo de vecinos que le ayudaron a desarrollar el primer proyecto, que además contó con el apoyo y financiación de una organización local de Louisiana para mantener limpio el entorno. A partir de ahí el proceso no ha hecho más que crecer y actualmente se pueden ver representaciones de estas “Letras Basuras” en diferentes estados americanos como Louisiana, Tennessee, Arizona, Iowa o Pennsylvania. litter letter

A este proyecto se han unido universidades, colegios, asociaciones. Unos lo utilizan como proyecto educativo, otros como acción para poner en marcha campañas de reciclaje, como actividad de concienciación en días señalados, como forma puntual de recoger materiales que posteriormente serán reciclados e incluso alguna palabra ha quedado instalada como señalización permanente. En cada ciudad se crean versiones propias de la idea y cada uno conforma su propia palabra, pero en todas se mantiene la filosofia inicial del proyecto: si no quieres terminar rodeado de residuos no ensucies, y si ves basura a tu alrededor, recógela.