El sector de la alimentación, preocupado por las repercusiones de la Ley de Residuos
La industria de alimentación y bebidas y el sector del gran consumo (que engloba todos los productos que compramos en tiendas y supermercados) advierten de que las nuevas leyes medioambientales que se preparan para este año 2022 acarrearán importantes pérdidas para el sector y supondrán una subida de precios, que empeorará la inflación ya existente.
Son, en concreto, dos normativas que afectan de lleno a los fabricantes y también a los supermercados: la ley de residuos y suelos contaminados, que pretende reducir el uso del plástico de un solo uso. Otra es el proyecto de ley de envases y residuos, que afecta fundamentalmente a los que la industria de alimentación y bebidas.
La primera transpone una directiva europea y está en plena tramitación parlamentaria. Según denuncian fuentes del sector de la alimentación y bebidas, "supone costes para las empresas y la pérdida de competitividad es grande". Incluye, además, un impuesto al plástico de un sólo uso "que tendrá un impacto brutal", denuncian estas fuentes, y que no contempla ninguna de las leyes europeas. "Han ido a máximos, lo más costoso", dicen.
La ley preocupa a organizaciones como FIAB (la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas) y a AECOC, la asociación de empresas y fabricantes de productos de gran consumo y que tiene más de 30.000 empresas asociadas. Calculan que el impacto de esta ley y el impuesto citado rondarán los 2.000 millones de euros. El impuesto de plástico de un solo uso lo valoran en 600-700 millones de euros. Además, auguran una subida de precios. "Suben los costes, será inevitable".
"Hay medidas que suponen un cambio radical en los modelos de negocio", dicen. Desde FIAB calculan que podrá suponer el cierre de la mitad de las empresas de bebidas, por ejemplo. Pues la ley obliga a reducir el 50% de las bebidas de plástico de un solo uso en 2030. "Supone reducir a la mitad las botellas de plástico (reciclado) que están en circulación, es reducir el negocio a la mitad y será la ruina para muchas empresas", explican estas fuentes.
La mayoría de bebidas están envasadas en plástico PET (que son de un solo uso, porque no se reutiliza, pero se reciclan para utilizarlo en otras cosas) o en vidrio, que en este caso sí es reutilizable. La ley lo que promueve es la reutilización de los envases "cuando la industria lleva años enfocada al reciclaje", insisten. La alternativa de pasarse al vidrio, aseguran, es inviable porque "no habría suficiente".
Hay productos que se pueden vender a granel, "y puedes usar tu bolsa de casa, pero otros no y los envases reutilizables, tipo táper, no proporcionan la misma seguridad alimentaria. Habría que higienizarlos después de cada uso. Es un despropósito. No se ha definido si estos envases reutilizables los tiene que poner la industria", dicen.
"Nos ha sorprendido, llevamos años invirtiendo y trabajando en la circularidad y ahora nos dicen que no tenemos que apostar por lo reciclado sino por la reutilización. Se pone en riesgo la sostenibilidad de las empresas pequeñas", señala Sara de Pablos, presidenta de ANFABRA, la asociación de bebidas refrescantes. Este sector ya ha sufrido una mayor carga fiscal, tras la subida del IVA a estos productos al 21% justo este año. "En cinco años no podemos cambiar el modelo de producción", señala.
[Este contenido procede de El Mundo. Lee el original aquí]