El TSJ de Cantabria avala una autorización de la Consejería para una planta de reciclaje y un vertedero
El Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) ha avalado la autorización que concedió en enero de 2010 la Consejería de Medio Ambiente para una planta de reciclaje y un vertedero de residuos de construcción y demolición en Celada Marlantes, en el municipio de Campoo de Enmedio.
El proyecto, promovido por la empresa Terecan, continúa actualmente en tramitación, ya que la autorización ambiental no era el único requisito necesario para poder ejecutarlo.
La sentencia señala que lo que concedió la Consejería de Medio Ambiente fue una autorización de gestión de residuos para operar en esa zona, una resolución que fue recurrida por la asociación Ecologistas en Acción y la Junta Vecinal de Fombellida, alegando que la autorización infringía la Ley de residuos y que había sido concedido cuando aún no estaban aprobados los planes sectoriales de residuos.
Además, no estimaban justificado el proyecto, cuestionaban la validez de la evaluación ambiental y la propia viabilidad económica de la planta, y denunciaban que se pretendía instalar sobre suelo rústico, pese a tratarse de una instalación de carácter industrial.
Por su parte, el Gobierno regional apuntaba que el proyecto tenía el respaldo del sector y tenía visado del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales y, aunque no había plan sectorial de residuos, a su juicio, eso no impedía conceder la autorización.
En relación a la ubicación en suelo rústico, la Consejería alegaba que no era de su competencia pronunciarse sobre ese aspecto y explicaba además que su autorización quedaba en suspenso hasta que el proyecto cumpliera todos los requisitos y condicionantes.
De este modo, la sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJC apunta que la cuestión urbanística no afecta a la tramitación ambiental, y respecto a la viabilidad del proyecto, recalca que el principal perjudicado en tal caso sería la propia empresa.
En relación a las afecciones ambientales, recuerda que el vertedero pretende albergar residuos que no suponen riesgo de contaminación y apunta que al elegir la ubicación se ha buscado evitar los riesgos ambientales y asegurar al tiempo una correcta funcionalidad de la planta. También resalta que hay previstas medidas preventivas y correctoras de los posibles impactos.
El proyecto, promovido por la empresa Terecan, continúa actualmente en tramitación, ya que la autorización ambiental no era el único requisito necesario para poder ejecutarlo.
La sentencia señala que lo que concedió la Consejería de Medio Ambiente fue una autorización de gestión de residuos para operar en esa zona, una resolución que fue recurrida por la asociación Ecologistas en Acción y la Junta Vecinal de Fombellida, alegando que la autorización infringía la Ley de residuos y que había sido concedido cuando aún no estaban aprobados los planes sectoriales de residuos.
Además, no estimaban justificado el proyecto, cuestionaban la validez de la evaluación ambiental y la propia viabilidad económica de la planta, y denunciaban que se pretendía instalar sobre suelo rústico, pese a tratarse de una instalación de carácter industrial.
Por su parte, el Gobierno regional apuntaba que el proyecto tenía el respaldo del sector y tenía visado del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales y, aunque no había plan sectorial de residuos, a su juicio, eso no impedía conceder la autorización.
En relación a la ubicación en suelo rústico, la Consejería alegaba que no era de su competencia pronunciarse sobre ese aspecto y explicaba además que su autorización quedaba en suspenso hasta que el proyecto cumpliera todos los requisitos y condicionantes.
De este modo, la sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJC apunta que la cuestión urbanística no afecta a la tramitación ambiental, y respecto a la viabilidad del proyecto, recalca que el principal perjudicado en tal caso sería la propia empresa.
En relación a las afecciones ambientales, recuerda que el vertedero pretende albergar residuos que no suponen riesgo de contaminación y apunta que al elegir la ubicación se ha buscado evitar los riesgos ambientales y asegurar al tiempo una correcta funcionalidad de la planta. También resalta que hay previstas medidas preventivas y correctoras de los posibles impactos.
Vía ABC
Foto de luisvilla (cc)
Campoo de Enmedio, Cantabria