El uso de residuos como combustible en cementeras no supone riesgos para la salud
Además del stand de la Fundación, también han presentado tres comunicaciones relacionadas con el sector cementero. Una de ellas sobre “Valorización energética de residuos en fábricas de cemento y salud ambiental" y otra titulada “Evaluación de los potenciales riesgos para la salud humana en las proximidades a plantas cementeras. Exposición a dioxinas, furanos y metales”, comunicación oral a cargo de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. Por último, la comunicación oral “Estudio sobre las emisiones de las plantas cementeras y su posible efecto sobre el medio ambiente y la salud en su entorno”, a cargo de URS España.
La entidad ha promocionado la valorización de residuos en plantas cementeras como un tratamiento seguro ambientalmente, tal y como lo afirman estudios independientes de organismos nacionales e internacionales de prestigio como la Agencia de Protección Ambiental Americana - EPA; el Comité Consultivo sobre Efectos Médicos de Contaminantes para la Salud de Reino Unido; La Universidad de Dalhouisie de Canadá; el Centro de Investigaciones Energéticas y Medioambientales, CIEMAT, (que ha realizado un estudio en colaboración con el CSIC); la Universidad de Alicante; o la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, entre otras.
Las conclusiones de estos organismos independientes, son coincidentes a la hora de apuntar que el uso de combustibles derivados de residuos no modifica las emisiones de las fábricas, ni implican riesgos adicionales para la población del entorno.
Dimas Vallina, Director Gerente de la Fundación Cema, indica que los hornos de cemento están especialmente indicados para usar residuos como combustible. La presencia de minerales entre 1000° y 1.450° aporta estabilidad a la combustión y, entre estos minerales, la cal, constituye un sistema de filtrado de los gases en si mismo. “Por cada kilo de residuo tratado puede haber de 90 a 180 kilos de minerales pulverizados en contacto con los gases de combustión, que funcionan como un sistema de limpieza mucho mayor y más eficaz que el de otras instalaciones de combustión”, subraya Vallina.
Aquellos países que presentan estándares más altos en protección ambiental y más avanzados en la defensa de la seguridad y salud de las personas (Estados Unidos, Japón y países del centro y norte de Europa) emplean desde hace más de tres décadas residuos como combustible en los hornos de las fábricas de cemento, con totales garantías para los trabajadores y los vecinos de las fábricas.
En Europa, países como Holanda sustituyen hasta un 83% de combustible tradicional en sus hornos de cemento. Por otra parte, Alemania sustituye el 61% del combustible fósil de sus fábricas de cemento por combustibles derivados de residuos.
Vía Uviteco
Laboratorio en Movimiento (cc)
Bilbao