Embalaje cero, productos a granel para un planeta más sostenible
En "Embalajes cero" creen que se pueden reducir de forma significativa los embalajes.
- ¿Cómo surge la idea de poner en marcha este supermercado de productos a granel?
La idea surge a partir de dos situaciones: una en la que cada vez que hacemos la compra, como clientes comunes, sentimos pena por la cantidad de basura que generamos por el simple hecho de traer el producto a casa. En una tienda normal no solo te venden la comida, sino también el embalaje, que es basura, y que vas a tirar una vez coloques la comida o consumas el alimento. Por otro lado hemos tenido la suerte los tres de vivir fuera de España varios años. De hecho, Sabrina, es alemana. Fuera hemos podido experimentar otros modos de vida en los que la reutilización de envases es todo un éxito y forma parte de la rutina de cada ciudad o pueblo.
- ¿Con qué facilidades y dificultades se encuentra un grupo joven que quiere emprender un negocio?
Las facilidades son las ganas de crear, mejorar, aprender. Las dificultades las ponemos también nosotros: cada obstáculo puede ser visto como un paso para desarrollarnos o como la excusa perfecta para aparcar el proyecto. Ya alguno hemos aparcado por cuestiones legales, pero eso nunca puede significar que la rueda se detendrá para siempre. Hay que levantarse y seguir viviendo. Los tres nos encontramos en esa situación entre la vida universitaria y el mundo laboral. Tenemos ganas y el momento debe ser ahora. El contexto social que vivimos, además, nos empuja a innovar, a fracasar y a volver a intentarlo. En tiempo de crisis y con la mitad de los jóvenes parados y la otra mitad con contratos que hemos experimentado en nuestras propias carnes… lo que te apetece es hacer algo por ti y que vaya acorde a tus ideales. Si lo combinamos, nace Embalaje Cero.
- ¿Cómo funcionaría? A través de la reutilización de envases, bolsas de papel reciclable, canon por devolución...
El proyecto tendrá dos fases. La primera será establecer una red de tiendas y comercios pequeños por Madrid que faciliten al cliente el sistema de Embalaje Cero. A largo plazo, abriremos el primer supermercado en España sin envases desechables. El cliente, en estas tiendas primeras y que ya existen o en el supermercado posterior, podrá adquirir nuestros envases (tarros, bolsas de yute, de tela, etc.) o llevárselos de su casa. Si elige los nuestros, además, y para compras espontáneas, le ofreceremos la posibilidad de poder devolverlos la siguiente vez que acuda a la tienda a cambio de un porcentaje muy reducido de la fianza que debió pagar. Para ser prácticos: acudes la primera vez a la tienda y decides llevarte el arroz en un envase de vidrio que cuesta 2,10€. Este envase puedes quedártelo para siempre, es tuyo, pero si un día lo tuviste que comprar porque se te olvidó o a la semana te has dado cuenta de que ya no lo necesitas, puedes devolvérselo a cualquier tienda que tenga Embalaje Cero y te devolverían 2€. Cobraríamos un pequeño canon de devolución para higienizar los envases y poder meterlos de nuevo dentro de la rueda económica. Los precios aun debemos concretarlos, estamos en una fase inicial.
-¿Cómo se presentarían los productos al consumidor? He visto imágenes de una idea parecida en Alemania en la que los productos se almacenan en dispensadores, ¿sería algo parecido?
En las tiendas ya existentes, serán ellas las que decidan. Desde una pala en un saco hasta cucharas que cogen las harinas de unos tarros grandes. Cada producto y cada local tendrá su modo. En nuestro supermercado a medio/largo plazo sí queremos tener un sistema de dispensadores que faciliten la acción al consumidor y respete la higiene de los productos al máximo. Pero hay varios caminos igualmente eficientes y responsables, no es algo que nos preocupe.
- Además de la reducción de los envases y la venta de productos ecológicos, ¿se van a poner en marcha otras medidas como la promoción de productos locales o la política transparente de precios?
Los productos ecológicos no es nuestra prioridad. Los promoveremos, pero con cabeza. Nos parece más ecológico comprar zanahorias sin el sello bio que han sido cultivadas en Madrid y venderlas sin un envoltorio de plástico que adquirirlas en Argentina con todos los controles ecológicos pasados, transportarlas hasta aquí y guardarlas en una bandeja forrada como si fuera un libro de texto del colegio. Los productos ecológicos, además, tienen unos precios muy altos que no todo el mundo puede permitirse. Democratizar las acciones eco es hacerlas accesibles a la gran mayoría. Como el mundo está al revés, y son los productos eco los que necesitan sello (como si eso no fuera lo natural o normal), la gran parte de la población no puede pagar precios tan altos. Ante esto ofrecemos otras maneras de contribuir a reducir la contaminación y la basura a un precio totalmente competitivo. Como bien apuntabas, el regionalismo a la hora de consumir es clave para garantizar empleo local y mínima contaminación en el transporte. La globalización tiene ventajas e inconvenientes, y consumir naranjas estadounidenses teniendo de sobra en España es demasiado incoherente desde muchos puntos de vista pero, desde luego, desde el ambiental en primer lugar.
- ¿Existen más iniciativas como esta en España? ¿Y en otros países?
Existe una iniciativa que se llama Retorna y de la que hemos aprendido mucho leyendo la información que comparten. Las instituciones detrás tienen un gran prestigio y hacen unas labores fantásticas y tareas de concienciación ambiental. Lo que nosotros ofrecemos con nuestra iniciativa es la plena acción, esto significa emprender y hacerlo a corto plazo. Ellos plantean un sistema estatal de retorno y reutilización de los envases como pudiera existir ya en Alemania, por ejemplo. Nosotros queremos empezar en tiendas pequeñitas, ampliar el mapa, abrir un supermercado propio, después otros en otras ciudades, etc. Quizá a medio camino Retorna haya conseguido convencer al gobierno para que se implemente de manera generalizada, pero mientras tanto queremos hacerlo por nuestra cuenta y que sea la gente la que vote este sistema consumiendo en estos establecimientos o no. Estamos convencidos de que en España estrecharemos amistad no solo con Retorna, sino con grupos ecologistas como Ecologistas en Acción, Amigos de la Tierra, Greenpeace, etc. a la hora de convencer tanto a la gente como a la política de que lo sensato es reducir y reutilizar. Reciclar, de algún modo, es la opción menos mala, pero no la definitiva.
- En esta materia existen dos tipos de clientes: el concienciado con el entorno y el que piensa que lo ecológico es caro, ¿cuál creéis que será la respuesta de los consumidores en España?
Nuestra intención no es trabajar con productos ecológicos hasta que los precios no hayan bajado y pueda ser una alternativa real para la mayoría social. Por eso el dinero no será un factor: en nuestro supermercado el precio de los productos será muy similar al del resto. La diferencia será que quien lo desee, puede no comprar basura que va a tirar una vez llegue a casa. Puede meter sus alimentos en envases que trae de casa o adquirir los nuestros con la opción de retornarlos como decía antes. Nuestra tarea será hacer ver que el desecho del sobre-embalaje y de los envases es tan ilógico como comprarse hoy una camiseta, usarla un día y tirarla después. La concienciación es clave en todo cambio. Si echamos la vista atrás y pensamos en el problema que el tabaco significaba en espacios públicos, nos sorprenderemos de dos elementos: la rápida aceptación que tuvo la nueva ley y las grandes críticas que tuvo antes de salir. Vivir de un modo más saludable y respetuoso con nuestro entorno siempre será mejor, pero, en ocasiones, nos falta un empujón de algunos lados para auto-convencernos y estar seguro de lo que hacemos. Todos hemos pasado alguna vez por un proceso así.
- ¿Cuándo tenéis pensado ponerlo en marcha y dónde?
Tenemos que trabajar mucho para ello pero creemos que será posible. Para financiar los primeros pasos lanzaremos un Crowdfunding que nos permita validar la idea, saber de verdad si hay gente suficiente que quiere un sistema así en su ciudad. Madrid será el primer paso, después quedan demasiadas ciudades en España que merecen un sistema de embalaje cero en sus tiendas y en sus barrios. El camino parece largo, pero muy ilusionante.