ENAC, la Entidad Nacional de Acreditación, ha iniciado los procesos de acreditación de Organismos de Control en el ámbito de instalaciones de residuos mineros y rehabilitación del espacio afectado por las actividades mineras.

La finalidad es la de garantizar que las entidades explotadoras tomen todas las medidas para prevenir o reducir los efectos negativos en el medio ambiente, ya sea en las aguas, aire, suelos, fauna, flora, paisaje y sobre la salud humana, que puede causar la actividad minera en general y la gestión de los residuos mineros en particular.

El control se basa en la realización de “inspecciones reglamentarias” en distintas etapas del proceso: Inspección in situ tras la “clausura de la instalación de residuos mineros” y la “clausura definitiva de la instalación de residuos” para comprobar la rehabilitación del terreno afectado por la instalación.

En la legislación española existe la Ley de Minas que propuso una filosofía de "protección del medio ambiente estableciendo que deben fijarse las condiciones de protección de éste, que serán imperativas en el aprovechamiento del conjunto de los recursos minerales". La Directiva 2006/21/CE sobre la gestión de los residuos de industrias extractivas, estableció la necesidad de prevenir o reducir cualquier efecto adverso sobre el medio ambiente y la salud humana derivado de la gestión de estos residuos. Para unificar y mejorar las disposiciones vigentes relativas a la protección del medio ambiente reguladas por la Ley de Minas se publicó el Real Decreto 975/2009.