España apuesta por la sostenibilidad y la Economía Circular de aquí a 2030
Los retos que impone el cambio climático y las demandas de buena parte de la ciudadanía en todo el mundo, para que podamos dirigirnos hacia un modelo económico marcado por una mayor sostenibilidad, en un contexto cada vez más digitalizado están provocando importantes transformaciones en el conjunto de nuestra sociedad. Ello implica, además, un cambio profundo de mentalidad, tanto en el contexto europeo como en el nacional, desde el punto de vista regulatorio, de la configuración del mercado y de las relaciones con los ciudadanos.
En este sentido, las presentaciones en 2020 del Nuevo Plan de Acción de Economía Circular de la Unión Europea y de la Estrategia Española de Economía Circular, esta última aprobada por Acuerdo del Consejo de Ministros el 2 de junio de 2020, son buenas muestra de lo anteriormente mencionado. Ambos documentos sientan las bases para impulsar un nuevo modelo de producción y consumo, en el que el valor de los productos, materiales y recursos pueda mantenerse en la economía durante el mayor tiempo posible, y en el que se reduzca al máximo la generación de residuos y se aprovechen todo lo posible aquellos que no se puedan evitar.
Los nuevos planes propuestos por la Unión Europea y España para la transición hacia un modelo de Economía Circular suponen una serie de retos para el sector público y privado. El objetivo es, ante todo, dirigirse hacia la implementación de un modelo nuevo de economía que sea realmente sostenible, eficiente en el uso de los recursos, descarbonizada y, al tiempo, competitiva y digital.
“El cambio al cual nos enfrentamos es transformacional y fundamental, no se trata únicamente de hacer las cosas diferentes, ni siquiera de hacerlas mejor, pero continuar respondiendo a objetivos materiales tradicionales del “bien-tener” del siglo XX. Se trata de cuestionar las bases de nuestro funcionamiento como sociedad y entender los efectos de nuestras decisiones sobre el entorno, y esto puede resultar en un cambio de las aspiraciones en un marco de “bien-estar” en el siglo XXI”, explica Alfonso Medrano, director de Cambio Climático de Everis NTT DATA. Todo esto, evidentemente, supone un gran reto para el ámbito público y también para el privado, especialmente en aquellos sectores considerados estratégicos como, por ejemplo, el automotriz, de bienes de consumo, infraestructura y bienes raíces, logística y transporte, manufactura, turismo y servicios públicos.
El plan de transformación económica presentado en España anuncia una serie de objetivos marcados para el año 2030. Algunos de los principales objetivos son reducir hasta un 30% el consumo nacional de materiales y un 15% la generación de residuos en relación con el PIB, tomando como año de referencia el 2010. En este último aspecto, tienen especial importancia la disminución de los desperdicios de alimentos en toda la cadena alimentaria. Ello supone un 50% de reducción per cápita en el hogar y el consumo minorista, y del 20% en las cadenas de producción y suministro.
La sostenibilidad en las finanzas, la lucha contra el cambio climático o la protección de la biodiversidad y de nuestro capital natural representan una oportunidad única para cambiar de modelo de producción y consumo, y también para impactar positivamente en nuestras vidas y en el planeta, de acuerdo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las Metas del Acuerdo de París.
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