Estudios sobre la reutilización de residuos de la producción de papel
Dos estudios con grupos de investigadores de la Universidad de Antioquia y la Universidad Pontificia Bolivariana estudian el tratamiento de los residuos del proceso de producción de papel para disminuir el impacto ambiental, evitando la disposición de toneladas de desechos sólidos en los rellenos sanitarios de la ciudad. El propósito de los fabricantes fue lograr que una vez el ciclo de producción terminara, se pudiera generar un nuevo comienzo a partir de sus residuos y de allí obtener productos viables para la compañía, óptimos para el medio ambiente y útiles en la sociedad.
Investigaciones preliminares indicaban que residuos sólidos derivados de la producción de papel podrían ser materia prima en la elaboración de fertilizantes de uso agrícola y ganadero. Para comprobarlo, se buscó una alianza con el Grupo Interdisciplinario de Estudios Moleculares (GIEM), de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Antioquia.
En sus laboratorios, se sometieron a diferentes procedimientos físicos, químicos y biológicos. Poco a poco pudieron concluir que ese material sobrante de la producción de papel sí era óptimo para elaborar compostaje destinado al uso agrícola. El éxito de esos resultados convirtió al Grupo Familia en un proveedor calificado de cuatro empresas antioqueñas que utilizan ese tipo de insumos.
Este nuevo proceso le permite a la compañía emplear el 70% de las toneladas generadas mensualmente de residuo de celulosa en elaboración de compostaje, reduciendo su disposición en rellenos sanitarios de la ciudad y, por ende, así evitar la emisión del 70% de las toneladas de CO2, causadas por la disposición de este residuo en rellenos.
En el Grupo de Investigaciones Ambientales de la Universidad Pontificia Bolivariana se establecería si esa celulosa residual que se deriva de la producción de papel podría utilizarse en procesos de construcción, particularmente en la fabricación de ladrillos.
En el laboratorio, los investigadores comenzaron a trabajar en diversas pruebas, mezclando la celulosa con limo, arena y arcilla, componentes tradicionales que se usan en la fabricación de estos materiales de construcción. Los experimentos se realizaron utilizando diferentes porcentajes de mezcla y para lograr un resultado óptimo se seleccionaron seis muestras, y con cada una de ellas se realizó un ensayo a escala industrial en el que se elaboraron mil ladrillos.
Las piezas presentaban cualidades similares a las tradicionales, con una cualidad nueva: menos pesados, lo que reduce los costos de transporte. Sumando los de las plantas de Medellín y Cajicá, el aprovechamiento de la celulosa evitará que 50.000 toneladas de residuos sólidos vayan anualmente a los rellenos sanitarios.
ecoportal
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